La tan esperada transición de poder en la cúpula de Cuba se demora. El general Raúl Castro seguirá en el poder al menos dos meses más después de que el Parlamento aprobara este jueves en La Habana una extensión del periodo legislativo en curso, que debía concluir el 24 de febrero de 2018, hasta el 19 de abril. El suspense en torno a la sucesión cubana crece.
En el pleno de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), presidido por el propio Castro, de 86 años, se leyó el dictamen de prolongación de mandato y se afirmó que la decisión ha estado motivada por los destrozos provocados en septiembre por el huracán Irma, "un suceso imprevisible y excepcional". Esta fue la causa aducida también para el retraso de un mes en la celebración de las recientes elecciones municipales.
Mientras no se renueve el Parlamento no se elegirá a un nuevo presidente, así que Castro, que asumió formalmente el poder en 2008 tras enfermar su hermano Fidel, seguirá al menos unas semanas más al frente de los Consejos de Estado y de Ministros. Raúl Castro ha reiterado que dejará el poder al término de su segundo mandato, el actual, y se prevé que tendrá como sucesor al vicepresidente Miguel Díaz Canel, de 57 años.
Cuando se produzca el relevo, será la primera vez en más de medio siglo que la isla no esté gobernada por uno de los hermanos Castro. La generación que hizo la revolución desde Sierra Maestra quedaría relevada por otra que nació después de la toma de poder en 1959. Sin transformación alguna a la vista del sistema comunista de partido único, el cambio generacional podría dar más impulso al plan nacional de apertura al mercado, pero bajo la mirada de Castro, hasta 2021 primer secretario del Partido Comunista, el máximo órgano de decisión.
La extensión legislativa da al aparato cubano más margen para controlar los detalles de la sucesión en un escenario complejo. Las relaciones con EE UU han empeorado desde que Donald Trump llegó a la presidencia y Venezuela, principal sostén económico de Cuba en los últimos tres lustros, atraviesa una profunda crisis que pone en cuestión la permanencia del régimen chavista. El régimen se encuentra por enésima vez en la necesidad de reforzar los pilares de su subsistencia, y en ese contexto tocar la presidencia se vuelve una operación delicada.
En la sesión parlamentaria, el ministro de Economía, Ricardo Cabrisas, afirmó que en 2017 la economía cubana creció un 1,6%. Después de entrar en recesión en 2016, con la ayuda venezolana menguando y con el golpe añadido del huracán Irma, el dato sorprende y contradice las previsiones de la mayoría de los economistas. Cabrisas aseguró que ha sido posible por el crecimiento en turismo, transporte, comunicaciones, agricultura y construcción.
Fuente: El País