Alrededor de 400 trabajadores en activo y jubilados se dieron cita en las instalaciones del Hospital San Alejandro para despedirlo con cánticos y lágrimas de nostalgia, pues los asistentes consideraron al nosocomio como su segunda casa.
A pesar de que aún no tienen definido dónde serán reubicados como empleados del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los asistentes manifestaron su cariño con las instalaciones, pues a pesar de haber vivido diversos sismos nunca hubo la necesidad de pensar en su demolición.
"Aquí se trabaja lo que ni un sanatorio médico particular puede trabajar, aquí nos hacemos médicos, enfermeras y todos profesionales del área de la salud, por eso venimos a despedir con todo el corazón y con gran cariño a este hospital", mencionó Jesús Gutiérrez Herrera, trabajador jubilado de San Alejandro.