Este martes, la comunidad de San Antonio Mihuacán se unió para despedir a Rogelio N., un padre de familia de 37 años que perdió la vida tras ser embestido junto a su esposa y tres hijos por un supuesto agente de la Guardia Nacional (GN) en Coronango. El apoyo moral y económico de familiares, amigos y vecinos fue fundamental para llevar a cabo el funeral.
A las 11 de la mañana, el féretro de Rogelio salió de su hogar hacia la iglesia local, donde se celebró una misa de cuerpo presente. Tras la ceremonia, el cortejo fúnebre se dirigió al panteón de la zona. Durante el emotivo servicio, la familia de Rogelio exigió justicia no solo para él, sino también para los tres menores que resultaron heridos en el accidente.
La hermana del fallecido reveló que Rogelio dejó a cinco hijos huérfanos: tres menores que estaban con él en el momento del accidente y dos jóvenes de 18 y 20 años.
Expresó su indignación por la falta de avances en la identificación del responsable y señaló que, debido a su condición económica, les han dicho que no pueden proceder contra el agente involucrado. Además, criticó la ausencia del presidente auxiliar con licencia, quien no ha ofrecido ningún tipo de apoyo.
El accidente ocurrió la madrugada del domingo cuando Rogelio y su familia regresaban de una fiesta en San Antonio Mihuacán en un mototaxi. Cerca de las tres de la mañana, el vehículo sufrió una avería, y Rogelio y su esposa tuvieron que empujarlo mientras sus hijos de 8, 11 y 15 años permanecían dentro.
En la intersección de Belisario Domínguez e Ignacio Zaragoza, fueron arrollados por un Honda gris, presuntamente conducido por Carlos, de alrededor de 25 años.
Rogelio murió a causa de múltiples fracturas. El mototaxi fue proyectado y dio varias volteretas con los niños adentro, mientras la madre sufrió lesiones menores.
Los dolientes denunciaron que los paramédicos locales se negaron a trasladar a los menores, obligando a la familia a buscar cómo llevarlos a un hospital por sus propios medios.
Gracias a estos esfuerzos, Luis, de 8 años, Jesús Antonio, de 11, y Ángel Gabriel, de 15, recibieron atención médica en un hospital de Nativitas, Tlaxcala. Luis y Ángel Gabriel ya fueron dados de alta y se recuperan en casa, mientras que Jesús Antonio sigue hospitalizado bajo observación.
La tragedia ha dejado una profunda huella en Santiago Mihuacán, donde la comunidad se ha unido en solidaridad con la familia de Rogelio, demandando justicia y un esclarecimiento completo de los hechos que llevaron a esta dolorosa pérdida.
