La similitud entre el feminicida de Iztacalco y el conocido estrangulador de Tacuba, Gregorio Cárdenas Hernández, puso a pensar que es una tendencia entre criminales de imitación.
Gregorio Cárdenas estudió en la UNAM y Miguel N en el IPN, ambos compartieron una formación académica en el campo de la química, los que les proporcionó conocimientos para cometer sus crímenes.
Mientras que Gregorio utilizaba químicos para inyectar a sus víctimas que se dificultaban su identificación y aunque no se sabe si Miguel empleó métodos similares.
La precisión y el detalle de ambos planificaban sus actos son alarmantemente parecidos, una característica distintiva es como ambos documentaban sus crímenes.
Cárdenas tenía un diario donde relataba sus crímenes, Miguel escribía poemas con detalles específicos de sus víctimas.
Ambos se mostraban ante la sociedad como una persona sensible y hasta involucradas con la sociedad, camuflajeando su comportamiento criminal.
Según expertos esta dualidad refleja manipulación consciente de su imagen para ocultar sus verdaderas intenciones.
Miguel expresó su deseo de que se escribiera un libro o se realizara una serie sobre su vida
Gregorio fue homenajeado después de su liberación, se dijo que era un hombre “rehabilitado”
Tanto Miguel N. como Gregorio mostraron un deseo de reconocimiento y notoriedad.
Aún está por verse cómo se desarrollará el caso de Miguel ‘N’, ya ha manifestado que buscaba reconocimiento y además ha sugerido posibles trastornos psicológicos.