Jesús Antonio Pérez Meza, conocido como ‘el Toño’ o ‘El Escopeta’, empresario ganadero y hermano del ex funcionario izucarense Marco Santiago Pérez Meza, fue acribillado la madrugada del 17 de septiembre por presuntos delincuentes que intentaban asaltarlo y dejaron a dos de sus ayudantes heridos de gravedad; habían acudido a un jaripeo con sus animales anunciado en Santa Clara Ocoyucan.
El ganadero, iba acompañado de dos de sus trabajadores, habían acudido a participar en el jaripeo que se llevó a cabo el pasado 16 de septiembre, en la comunidad de San Bernardino Chalchihuapan, comunidad de Santa Clara Ocoyucan, cuando ya en la madrugada del martes 17 fue interceptada su camioneta; presuntamente desde otro vehículo bajaron varios sujetos quienes pretendían robarle, pero otra línea de investigación señala que también pudo tratarse de un ajuste de cuentas. Sujetos dispararon en diversas ocasiones privando de la vida a ‘Toño’.
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El brutal suceso se presentó en la salida de Chalchihuapan; tras negarse a detener su auto recibieron varios disparos, que causaron la muerte de Pérez Meza y dejaron herido a su ayudante; se sabe que los ayudantes quedaron muy mal heridos.
La víctima era un reconocido ganadero en la región sur de Puebla; originario de la Galarza, comunidad de Izúcar de Matamoros. Se dedicaba a la compra y venta de ganado; también era propietario de la ganadería ‘el Escopeta’, que alquilaba toros y becerros para jaripeos en varios lugares del estado.
Su hermano, Santiago Pérez Meza, fue regidor en la administración de Melitón Lozano; ambos eran miembros del desaparecido partido PRD y fue Contralor y Director de Desarrollo Urbano, por lo que su hermano también solía frecuentar los círculos de la política.
Al lugar de la tragedia llegó la policía del municipio de Ocoyucan y agentes ministeriales que realizaron el levantamiento del cadáver y abrieron la carpeta de investigación para poder llevar a cabo las diligencias correspondientes.
Los habitantes de Izúcar de Matamoros quedaron sorprendidos por los hechos ocurridos, así como también de la zona de Truel en Tepeojuma, en donde se le veía con frecuencia al finado. Aún le viven sus padres, hermanos e hijos quienes claman justicia y que se investigue el caso.