La madrugada del domingo, la tranquilidad de Goult, un pequeño municipio del sur de Francia con apenas 1.000 habitantes, fue violentamente alterada por un trágico tiroteo durante una boda que dejó dos personas fallecidas —una de ellas la novia— y tres heridos de gravedad, incluido un menor de 10 años.
El ataque se produjo alrededor de las 4:30 a.m. en una finca donde se celebraba una boda.
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Según un medio local, un grupo de hombres encapuchados interceptó a los recién casados cuando se disponían a abandonar el lugar.
La novia fue alcanzada por los disparos en los primeros momentos del ataque, perdiendo la vida en el acto.
En medio del caos, el novio —ahora viudo— logró encender el coche y huir a toda velocidad.
Durante la desesperada maniobra, el vehículo atropelló a uno de los atacantes, quien murió en el lugar.
Las demás víctimas, entre ellas un niño, las trasladaron a hospitales cercanos con pronóstico reservado.
Las autoridades francesas desplegaron un operativo policial en la región y mantuvieron una intensa búsqueda para localizar a los agresores, algunos de los cuales lograron darse a la fuga.
Fuentes próximas a la investigación no descartan que se trató de un ajuste de cuentas, aunque por el momento no se han confirmado detenciones.
El violento suceso conmocionó profundamente a la comunidad de Goult, conocida por su carácter apacible.
La noticia se difundió rápidamente en toda la región, generando alarma social y llamados a reforzar la seguridad en eventos privados.
Las autoridades solicitaron la colaboración ciudadana para esclarecer los hechos y dar con los responsables de un crimen que ha teñido de luto a toda una localidad.
