En Puebla, los planteles del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) y del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Cobaep) han sido identificados como espacios donde el crimen organizado busca reclutar jóvenes, confirmó la directora general de Prevención del Delito en la entidad, Mónica Salgado Gómez. Según la Secretaría de Gobernación federal, el estado forma parte de las 18 entidades donde estas prácticas han sido detectadas.
En entrevista con DIARIO CAMBIO, la funcionaria explicó que la Dirección de Prevención del Delito, junto con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), realiza visitas a los centros de estudio para alertar a los estudiantes sobre los riesgos y, en algunos casos, lleva a cabo inspecciones con binomios caninos.
Las acciones comenzaron en la capital poblana debido a que concentra un alto índice delictivo. No obstante, también se han realizado visitas en San Pedro Cholula, y la intención es extenderlas a todos los planteles del estado. De igual forma, se identificó que otra zona de riesgo corresponde a escuelas del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Cobaep), donde se busca prevenir que los adolescentes sean convencidos de sumarse a grupos criminales.
El diagnóstico está respaldado por el estudio Mecanismo Estratégico del Reclutamiento y Utilización de Niños, Niñas y Adolescentes por Grupos Delictivos y la Delincuencia Organizada en Zonas de Alta Incidencia Delictiva en México, publicado por la Secretaría de Gobernación federal a finales de 2024. El documento precisa que en 18 entidades los jóvenes son considerados ‘fuerza de trabajo’ por organizaciones delictivas.
En Puebla, los grupos con presencia son el Cártel de Sinaloa, el Cártel de Jalisco Nueva Generación, escisiones de Los Zetas, de la organización de los Beltrán Leyva, además de bandas locales.
El estudio advierte que los menores reclutados son obligados a desempeñar funciones que van desde mensajeros, vigilantes de casas de seguridad y halcones, hasta extorsionadores, vendedores de droga, secuestradores o sicarios. Su participación también incluye delitos como robo con violencia, cobro de piso, producción y trasiego de drogas, desaparición de personas o incluso manejo de cadáveres.
El mecanismo de captación se aprovecha de su situación de marginación, vulnerabilidad y soledad. Entre los métodos más frecuentes están las invitaciones a través de redes sociales y videojuegos, falsas promesas de empleo o ingresos, seducción de adolescentes para después obligarlos a delinquir, además de amenazas directas o contra familiares. En casos de migrantes, los grupos llegan incluso a retener documentos o privar de la libertad para forzar su integración.
De enero a junio de este año, 14 menores fueron detenidos en Puebla por delitos relacionados con narcóticos. Uno de los casos más notorios ocurrió el 26 de junio en Atlixco, donde un joven fue detenido con varias bolsas de hierba seca, presuntamente marihuana, además de una sustancia con características de cristal y una pipa para su consumo.
Ante este panorama, las autoridades estatales reiteraron la importancia de la prevención, al señalar que los planteles escolares se han convertido en espacios prioritarios para inhibir el avance del crimen organizado y proteger a los jóvenes de la cooptación delictiva.
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