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La Quintacolumna



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Opinión


Israel Trujillo

 

JUSTICIA TORPE Y LENTA

Estimados lectores, gracias a la invitación de Arturo Rueda, me podrán leer en este distinguido y obligado medio de referencia política, salvo que me manden un coscorrón ó se me complique por cuestiones personales, lo cual les haré saber puntualmente.


Los juzgados, salas y órganos de dirección del Poder Judicial del Estado de Puebla, apenas regresaron de su primer periodo vacacional e inmediatamente tomaron como inhábil el lunes pasado, por ser día del trabajador del Poder Judicial.


Analizando los días laborables de ese Poder Judicial, resulta que en el año 2006, sólo trabajaron 226 días, pues; de los 365 días del año, 105 días correspondieron a sábados y domingos; 16 días por inhábiles, siendo 6 de febrero, 21 de marzo, 13 y 14 de abril, 1, 5 y 10 de mayo, 6 de febrero, 14 de agosto, 16 de septiembre, 1, 2, 17 y 20 de noviembre, 1 y 12 de diciembre y; 20 días por período vacacional en verano y diciembre.


En el año 2007, los tribunales locales laborarán 228 días, pues; de los 365 días del año, 104 corresponden a sábados y domingos; 13 días son inhábiles, siendo 1 y 2 de enero, 5 de febrero, 19 de marzo, 5 y 6 de abril, 1 y 10 de mayo, 13 de agosto, 1, 2, 16 y 19 de noviembre y, 12 y 25 de diciembre y; 20 días por período vacacional en verano y diciembre.


Bajo estas circunstancias, el Poder Judicial no permite que los poblanos salgamos avante ante una economía globalizada, pues los constantes días de asueto impiden que el juzgador resuelva de manera pronta y expedita los asuntos que se le proponen, resultando torpe y lenta la impartición de justicia.


Ni de broma tocaría el tema, si no existiera rezago en la impartición de justicia, si el juzgador no agotara ni excediera los tiempos máximos para resolver un asunto, si posicionaran y reconocieran a los juzgadores que cuentan con excelente record en resolución de asuntos confirmados por las diversas instancias.


Sin embargo nuestra realidad es otra, en el Poder Judicial del Estado imperan escribientes que no saben taquimecanografía ni computación, comisarios que retrasan la correspondencia, oficiales que “congelan” escritos, manipulan sellos y libretas de registro, diligenciarios que esperan su limosna, dádiva ó soborno para realizar sus diligencias, secretarios y proyectistas que exceden los tiempos de resolución de acuerdos y sentencias, y jueces y magistrados que permiten y toleran dichos vicios.


Por supuesto que tenemos honrosas excepciones, que lamentablemente identifico como excepciones y no como constante, por lo que todavía queda mucho por hacer en nuestro arcaico Poder Judicial del Estado y no avizoro medida alguna para superar dicho lastre.


Bajo esas circunstancias, ¿los litigantes podremos garantizar a los potenciales inversionistas extranjeros que en el Estado gozarán de una pronta y expedita impartición de justicia, para el caso de contienda? No lo creo.



 

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