Wednesday, 08 de May de 2024

Lunes, 17 Octubre 2016 03:36

El Segundo Piso, un negocio feliz que empezó con la negocarretera de Marín




Written by  Arturo Rueda

En un salto jurídico mortal, el Segundo Piso se convirtió en una concesión estatal pese a que la Autopista es federal, para lo que, previamente, el tramo de los 13 kilómetros se convirtió en propiedad estatal. Luego, el Gobierno del Estado, a través del organismo de Carreteras de Cuotas, entregó la concesión por 30 años a OHL y a Pinfra con el pretexto de indemnizar a la trasnacional española


Mañana, cuando el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Moreno Valle inauguren el Segundo Piso de la Autopista México-Puebla, también concluirá un larguísimo proceso de la clase política mexiquense para regalarle un negociazo a su empresa favorita OHL, que incluyó concesiones regaladas, vericuetos legales que duraron dos sexenios y un subsidio de 5 mil 500 millones a fin de construir una obra, dicen, valuada en el doble y que explotará por los siguientes 30 años. Una lógica incomprensible de invertir dinero público para el beneficio privado.

 

La historia del Segundo Piso de la Autopista está íntimamente conectado a la negocarretera que Mario Marín le regaló a OHL en 2008 —la concesión sin licitar del Libramiento Norte de 30 kilómetros— por consejo del entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. La trasnacional alemana nunca pudo liberar el derecho de vía, y tras la victoria de Moreno Valle en 2010, se decidió rescatar la ilegal concesión por atrasos en la ejecución de la obra del Libramiento Norte, la lentitud en la obtención del derecho de vía y el incumplimiento en el pago de un fideicomiso por 550 millones de pesos, mediante un decreto publicado el 1 de mayo del 2012.

 

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Justo en esos días, Enrique Peña Nieto, candidato tricolor a la Presidencia, lanzó sus promesas para Puebla e incluyó como uno de sus compromisos en caso de ganar la construcción de un Segundo Piso en la autopista para mitigar el creciente tráfico en la zona, promesa a la que se adhirió el gobierno estatal con un proyecto propio que en realidad era el mismo.

 

Tras la victoria de Peña Nieto, comenzaron las negociaciones entre el gobierno federal a través de la SCT —con Gerardo Ruiz Esparza como principal impulsor de OHL— y el morenovallismo, ya que además de los detalles técnicos de la obra, el costo que tendría, los plazos de ejecución y la forma de entrega de la concesión, había muchísimos detalles jurídicos de por medio como el complejo hecho de que la Autopista es una vía que pertenece a Capufe, no a la propia SCT.

 

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Pero después de meses de negociaciones, en la que nunca se analizó la posibilidad de aumentar a 12 carriles el tramo problemático, lo que habría abaratado considerablemente el costo a 2 mil 500 millones como se hizo en Chalco —cuyo tramo se abrió recientemente—, un 75 % más barato de los 10 mil millones cotizados originalmente para la obra, el gobierno federal y el estatal se pusieron de acuerdo para realizar el Segundo Piso de una forma muy extraña.

 

¿Por qué extraña? Porque al igual que en 2008, la trasnacional española OHL resultó ganona nuevamente pese a que la concesión ya había sido rescatada, luego de una batalla jurídica de 17 meses en la que Autovías Concesionadas OHL llegó a pedir en negociaciones extraoficiales una indemnización mínima de 600 millones de pesos, el Segundo Tribunal Colegiado en materia administrativa falló en forma adversa a la empresa, y solamente le otorgó un mínimo derecho de indemnización por los estudios técnicos. Extraoficialmente se calculaban unos 30 millones de pesos.

 

Pero de esa indemnización mínima a la que tenía derecho OHL, se provocó una catafixia jurídica incomprensible a la que también se añadió a la empresa Pinfra de David Peñaloza, pera hacerlas a ambas beneficiarias de un subsidio de 5 mil 500 millones de pesos, uno de los más altos de la historia. Y Nuevamente…! Sin licitación de por medio!

 

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En un salto jurídico mortal, el Segundo Piso se convirtió en una concesión estatal pese a que la Autopista es federal, para lo que, previamente, el tramo de los 13 kilómetros se convirtió en propiedad estatal. Luego, el Gobierno del Estado, a través del organismo de Carreteras de Cuotas, entregó la concesión por 30 años a OHL y a Pinfra con el pretexto de indemnizar a la trasnacional española del rescate de la negocarretera entregada por Marín. Y de la empresa de David Peñaloza nunca hubo argumento de por qué fue beneficiaria.

 

Firmado el acuerdo, OHL-Pinfra recibió un plazo récord de 24 meses para terminar la obra que solamente fue sobrepasado por dos gracias a la infinita generosidad de la SCT que ordenó cierres nocturnos de la vía. De acuerdo con las proyecciones en la Bolsa Mexicana de Valores, el proyecto tiene un ebitda garantizado de 10 % como tasa de retorno, y eso que todavía no ha sido revelado el peaje y que se asegura será entre 60 y 80 pesos por los 13 kilómetros.

 

Y aunque muchos pensaban que el Segundo Piso sería una opción sobre todo para los transportistas, visto el estado de destrozo en que quedó la original Autopista, es evidente que muchos tendremos que recurrir a pagarle a OHL y Pinfra que, no cabe duda, hicieron un negociazo por los siguientes 30 años.

 

Mañana, brindarán Peña y Moreno Valle que siempre se pensó para OHL y así se materializó, sin importar otras opiniones.

 

 

 

 

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