Adiós Tuzos

 

El cuadro africano elimina al Pachuca del Mundial de Clubes

 

Miguel Angel Briseño / Agencia Reforma

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"Si la pelota pasa sin que le rebote a Leo, Miguel la agarra tranquila".
Las palabras son de Christian Giménez, el único jugador que ha sido capaz de romper una inercia negativa para representativos mexicanos en competencias internacionales cuando marcó ese gol ante Colo Colo hace un año en Chile.


Hoy fue el desvío de Leobardo López el que le dio el triunfo al Etoile de Sahel en el Mundial de Clubes. Pero la semana pasada fue el gol de Andrizzi ante América, hace uno la goleada del Barcelona contra las mismas Águilas, hace dos años el árbitro contra Pumas en La Bombonera, hace seis los penales de Cruz Azul en ese mismo estadio… Pachuca volvió vestir el mismo molde en el que han encajado los clubes mexicanos durante su historia: el del equipo que domina, que propone, que está a punto de ganar… pero que a final de cuentas termina sucumbiendo por un detalle, por el famoso y tan mexicano "ya merito".


Lo particular de la derrota de losTuzos es que ocurrió de la única forma posible. El Etoile du Sahel le apostó a ese descuido de Leobardo, el desafortunado elegido para representar la derrota. Sin embargo, la equivocación radicó en la táctica, en no prevenir esa jugada con mayores alternativas al ataque.


"Vimos videos, y nos ganaron de la misma manera de la que jugaron antes", sentenció Giménez.


El "Chaco" fue el único que comprendió que la fórmula no estaba en tirar centros al área, el camino más recurrente de los Tuzos ayer en Tokio. El argentino tiró de media distancia cuando pudo, y de hecho así se originó el gol de Manzur, invalidado por fuera de juego.


Pachuca decidió apostarle a los centros, careció de calidad y cantidad. Y con Andrés Chitiva en la banca, se desperdició el chance de multiplicar el peligro.


Sin embargo, el técnico Enrique Meza se aferró a su propuesta.


"No estaba esperando a que cayera un gol, mi equipo estaba muy bien, y los invito a que lo reflexionen, ustedes que son mexicanos y que reflexionen si me dilaté o el equipo estaba bien. Es mucho más fácil hablar mal que hablar bien. Hoy estaba muy bien mi equipo hasta que vino esa pelota", afirmó el estratega.


"Uno a veces no puede explicar lo que siente, uno quiere hacerse invisible por momentos e irme directo a ver a mis hijos, que son los que me levantan el ánimo", manifestó Giménez.


 
 
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