Festejan Camoteros salvación

Prefiere 'Chelís' caminar en lugar de ver el partido por la TV

Miguel López / Agencia Reforma

"¡Ya nos salvamos, ya nos salvamos!", fueron uno de los tantos gritos que se escucharon por la noche del viernes parte de los jugadores del Puebla durante la celebración por su permanencia en la Primera División.

El festejo demoró 33 jornadas, pero bien valió la pena para directiva, cuerpo técnico y jugadores de la Franja, quienes ayer tuvieron una noche inolvidable.

Pero primero hubo sufrimiento.

Todo inició en el trayecto del aeropuerto a su hotel de concentración en Guadalajara, cuando en los radios de los futbolistas escucharon el primer gol del Veracruz. Los nervios se apoderaron de todos los que iban a bordo.

Pero conforme pasaron los minutos, las buenas noticias llegaron al camión de los poblanos con las anotaciones de Rubens Sambueza e Ignacio Scocco antes de que terminara el primer tiempo; con ese resultado parcial, el Puebla estaba salvado, pero todavía faltaban 45 minutos.

Fue hasta ese entonces cuando el equipo llegó al hotel, y tras instalarse en sus habitaciones, bajaron a uno de los salones-bares para presenciar el segundo tiempo.

La fiesta comenzó poco después de las 19:10 horas cuando todo el equipo alzó los brazos y cantó el tercer tanto de los Pumas, aunque fue hasta el cuarto gol cuando ya se sentían salvados.

Mientras el Estadio Luis "Pirata" Fuente era un auténtico velorio, el hotel del Puebla se transformó en una sucursal de la felicidad, por lo menos para 30 personas vestidas de color azul y blanco.

Pero había un personaje que prefirió no sufrir viendo el partido, el técnico José Luis Sánchez Solá, quien minutos después de que terminara el encuentro fue bañado en abrazos y frases de agradecimiento por sus jugadores en el piso 15 del hotel.

"Porque no... no puedo cambiar nada porque no había tele allá arriba, no se ve, entonces preferí caminar...", exclamó algo nerviosos el "Chelís" cuando se le cuestionó la razón por la cual no observó el compromiso.

Desde que llegó al hotel en la Perla Tapatía, el famoso timonel de los poblanos caminó en los pasillos, pero nunca presenció el partido en la televisión.