Acusa Chumacero a Caselín y a Jauli del fracaso olímpico


Ni el gobierno federal ni el estatal me llevaron a Atenas, asegura el esgrimista


Édgar Chumacero, encargado del deporte en la capital poblana, evidencia a Salomón Jauli y a Ibarra Caselín como los responsables de la debacle deportiva en Puebla. El ex esgrimista olímpico enumera los errores, señala las envidias y destaca las debilidades de ambos funcionarios.


Selene Ríos Andraca/ Daniel Hernández Cruz

 

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Lo que le faltaba al deporte poblano que no pudo llevar a ningún atleta a Beijing 2008: un enfrentamiento entre las instancias estatales y municipales. El esgrimista Édgar Chumacero, hoy encargado del deporte municipal en la capital, responde a todas las acusaciones: acepta que era el único con posibilidad de llegar a las Olimpiadas, pero niega que su declinación haya sido para convertirse en un simple burócrata. De Enrique Ibarra Caselín afirma que se dedicó a apoyar a su hija y a su novio, antes que a los verdaderos atletas. Y para Salomón Jauli también tiene palabras, en tres años sólo lo apoyó con 87 mil pesos. “¿Así querían que llegara a Beijing?”.


El director del Instituto Municipal del Deporte en la capital y ex esgrimista olímpico desnuda en una entrevista exclusiva para Cambio la crisis política que sufren los organismos encargados del deporte en la entidad y acusa como los responsables del fracaso poblano a Salomón Jauli y Enrique Ibarra Caselín.


A Édgar Chumacero, quien compitió en Atenas 2004, no le sorprende en absoluto que en esta edición olímpica ningún poblano represente a México en China, puesto que el deporte de alto rendimiento ha carecido de apoyo y de impulso de parte del estado y la federación.


“Esto (el fracaso) se veía venir desde hace bastante tiempo atrás, no es una noticia, a lo mejor para los medios sí, en este momento voltean porque están las olimpiadas, pero en la parte en que el deporte de alto rendimiento está sufriendo, no hay un avance significativo en el talento deportivos, eso es notorio por los resultados en competencias nacionales e internacionales”.


Y sin tapujos evidencia las mentiras de Ibarra Caselín y Jauli Dávila, quienes se han culpado mutuamente por la ruina del deporte de alto rendimiento en Puebla. El ex director del Instituto Poblano del Deporte comentó que en 2005 dejó preparados a 15 atletas rumbo a las olimpiadas y Jauli lo enfrenta: la mayoría de los “preparados” ya habían renunciado a las competencias por razones personales y otros sufrieron lesiones graves. 


Chumacero Hernández es contundente: lo dicho por ambos funcionarios es una mentira. “He visto las declaraciones en los medios y es totalmente una mentira, no fue una realidad que hubiera 15 atletas, se mencionó a la esgrimista Soledad Simont, quien se retiró antes de que el señor Caselín se fuera, al igual que Arturo Simont todavía llegó a Centroamericanos pero sabiendo que su ciclo era en Atenas 2004, Beijing ya no era su ciclo”.


Y dice más. Puebla sólo tenía dos opciones para competir en los Juegos Olímpicos: el tenista de mesa Marcos Madrid y él: “Marcos Madrid  y yo éramos las únicas posibilidades reales de ir a Beijing 2008. En los Centroamericanos éramos ocho deportistas, luego nos convertimos en seis, las exigencias van subiendo por parte del Comité Olímpico Mexicano, uno tiene que clasificar contra otros países, pero sino se cumple con el ciclo no eres una realidad en las Olimpiadas”.

 

La culpa de Ibarra Caselín


Bebiendo una botella de agua y sentado en sus oficinas de la 25 poniente, Édgar Chumacero destruye la imagen de Enrique Ibarra Caselín, quien dirigió el Inpode durante el sexenio melquiadista, al asegurar que los recursos públicos se derrocharon en la hija del funcionario y en el novio de ésta, hoy esposo.


Pero no sólo eso. Ibarra Caselín le dio prioridad a atletas de otros estados y rezagó los talentos poblanos. 


“Hatyumi Ibarra Rebollar no la había mencionado principalmente porque es hija de Ibarra Caselín, pero recibió cinco o seis veces más que yo, ese apoyo lo pudimos haber recibido atletas que ya habíamos ido a Juegos Olímpicos. Además, trajeron a representar a Puebla a un esgrimista que era el novio de la hija del licenciado Caselín y ahora es su esposo, él había representado a Jalisco toda su vida, en el último año ya representaba a Puebla para ir a los Juegos Olímpicos”.


“De los cuatro que fuimos a Atenas en 2004, el único poblano real era yo. Violeta Guzmán se integró a la selección de Puebla a finales de 2003 cuando Caselín le ofreció estar dentro de la olimpiada representando a Puebla por las posibilidades que tenía de estar en la justa olímpica. Eso no sólo se vive Puebla, sino en todo el país: cuando en tu estado no existe el apoyo y en otro estado lo hay, pues lo tomas. Como autoridad ahora te digo que yo no haría eso nunca. No le diría a un deportista de otro estado de mejor nivel que nos representara, porque para mí es mejor trabajar con los poblanos que sean realmente poblanos, tenemos el talento afuera pero hay que apoyarlo, tenemos que impulsarlo”.


Pero ahí no termina la culpabilidad de Ibarra Caselín por el rotundo fracaso de los atletas poblanos. El ex funcionario dejó al Instituto Poblano del Deporte sin las fichas técnicas de los deportistas locales que contenían su desarrollo, desempeño, debilidades y oportunidades contenidas en el programa Atletas Internacionales Rumbo a la Élite (AIRE). Ibarra Caselín decidió llevarse los expedientes a su casa.


“En la administración de Caselín algo bueno que yo viví fue el seguimiento deportivo de los atletas que ahora no existe. El atleta no sólo necesita dinero sino un programa más integral para saber cómo están cumpliendo con sus objetivos y saber a qué deportista se le tiene que asignar el recurso. El programa existía, pero al final se lo llevaron, se llamaba AIRE, tenía toda la ficha de los técnica de los atletas y yo cuestiono dónde quedó el programa y dice que Salomón Jauli no lo retomó, pues cómo, ¡si Ibarra Caselín se lo llevó!”


Y por supuesto, no fue gracias al sustento del gobierno de Melquiades Morales ni del respaldo de Ibarra Caselín que Édgar Chumacero pudo estar en las olimpiadas de Atenas, sino al respaldo económico de su familia.


“El apoyo por parte de la administración de Caselín en esos seis años que yo conseguí llegar a Juegos Olímpicos, que quiero ser claro, llegué pero no por el apoyo del gobierno federal ni por el apoyo del gobierno estatal, yo estuve en Atenas por el apoyo familiar, y el ochenta por ciento de los jugadores que ves en televisión en Beijing son esfuerzos personales y familiares, tenemos que estar muy conscientes porque la realidad que vive el país en el deporte es ésa, terminamos siendo  garbanzos de a libra en  muchos deportes. Yo tuve un mínimo respaldo por parte de Caselín en comparación con otros atletas porque la relación con Caselín nunca fue buena.


La complicada relación entre Chumacero e Ibarra Caselín se refleja en un acto del ex funcionario: “Ibarra Caselín creó un salón de la fama, y yo no estoy ahí, eso demuestra que no era una relación cordial la nuestra, a pesar de que yo fui el último poblano en estar en una olimpiada.Caselín centró los recursos en apoyo a su hija y su entonces novio”.

 

La cruz de Salomón Jauli


A pesar de destinar un millón de pesos para la preparación de atletas de alto rendimiento, Salomón Jauli Dávila, director del Instituto Poblano del Deporte desde el 2005 a la fecha, solamente le proporcionó 87 mil pesos al esgrimista galardonado Édgar Chumacero. 87 mil pesos, nada más.


“Pero si ustedes consideran que el respaldo de  87 mil a un atleta pesos es un apoyo y que los logros que conseguí son 87 mil pesos… No es una realidad, un atleta no se construye con esa cantidad, además de que debe coordinarse el presupuesto que exista por parte de nivel estatal y federal.”


Salomón Jauli pretendía que Édgar Chumacero se preparara para Beijing con una simple estancia compartida en Italia, unos viáticos de 30 mil pesos y las becas obligatorias que se les proporcionan a los atletas. Ello suma un total de 150 mil pesos, de los cuáles el 50 por ciento corresponde a recursos obligatorios.


“En los últimos tres años que estuve con Salomón Jauli tuve los primeros compromisos que fueron Juegos Centroamericanos en 2006, en 2007 en Juegos Panamericanos y  el respaldo total fue de 87 mil pesos para viajes, hospedajes, comidas y traslados. Más mi beca, pero ese no es un apoyo, es una parte que ya te ganaste como deportista y esa sí es una obligación del estado. Yo recibía 2 mil pesos mensuales más 3 mil pesos de un apoyo de preparación a Juegos Olímpicos que están en nóminas; si lo conjuntamos recibí 150 mil pesos en esos tres años”.


Chumacero comienza la confesión así: “Es la parte en donde yo digo mi verdad. En cuestión de apoyos, no digo que haya sido poco, no digo que haya sido mucho, pero no fue directamente el apoyo a Juegos Olímpicos, lo cuale no recibí porque me retiré antes de la clasificación”.


—¿Te hubiera gustado estar en Beijing? —se le pregunta al ex deportista y actual funcionario


—Claro, si te soy sincero al prender la televisión, conozco a casi todos lo que están allá. Es muy difícil asimilar esa parte cuando la ves, el sueño de estar y desfilar en unos Juegos Olímpicos como en su momento lo logré. Pero no cambié el florete para ser un burócrata más, lo cambié para ser un servidor público eficiente, realmente honesto y que podamos aportar, dejar algo para que cuando nos vayamos se le dé el seguimiento, que haya continuidad.


—¿Por qué un atleta decide ser funcionario público?


—El deportista es idealista, o por lo menos yo lo soy, y quiero cambiar las cosas, espero ser un funcionario eficaz y buscar ser el mejor municipio en activación física y lo hemos logrado en Puebla, somos el primer lugar en este rubro.


—¿Tienes alguna aspiración política para más adelante?


—Tengo una responsabilidad con el Ayuntamiento, con la presidenta municipal Blanca Alcalá y éste es un trabajo que me absorbe 24 horas, lo que pueda venir después no lo sabemos.

 

¿Por qué Chumacero llegó a Atenas?


No fue gracias al Instituto Poblano del Deporte ni al Instituto Nacional. Tampoco fue el respaldo del gobernador Melquiades Morales ni el soporte de Enrique Ibarra. El sueño del esgrimista lo cumplió un programa llamado Compromiso Integral de México con los Atletas (CIMA), entonces dirigido por Nelson Vargas.


“Soy el único poblano que ha llegado a CIMA creado con Ivar Cisniega que continuó hasta Nelson Vargas y que con Carlos Hermosillo sólo cambió de nombre. Había 40 atletas y no podían estar todos los deportes, sólo están los mejores 16 del ranking mundial de su especialidad.

 

Este programa que te daba un financiamiento de 10 mil pesos mensuales y un respaldo para viajes y material deportivo de acuerdo a la aplicación metodológica que tengas en tu plan de trabajo. Por mí apostó Nelson Vargas  Entonces, el que a mí me llega a respaldar es Nelson Vargas para llegar a Juegos Olímpicos, porque él es el que apuesta por mí al tener los resultados a nivel internacional. En aquel momento no dependí ni de la federación ni del estado, solamente del CIMA.  Ellos me pagaron desde 2001 hasta 2004, yo participé en 68 copas del mundo clasificatorias para Juegos Olímpicos, el Gobierno del estado sólo me pagó diez”.

 

 

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