Gran Bretaña se resigna a una desaceleración


Julia Werdigier / Leeds, Inglaterra


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Camino abajo desde la estación de ferrocarril aquí se ubica un enorme hoyo. Se supone que sería uno de los edificios de departamentos más altos y más elegantes en Europa Occidental, con interiores diseñados por Philippe Starck.


En vez de ello, la construcción se interrumpió abruptamente el mes pasado cuando se agotó el financiamiento, víctima de la contracción de los mercados de crédito. Ahora el sitio abandonado es un destacado símbolo del colapso del auge de construcción de Gran Bretaña y cómo la turbulencia del mercado del crédito se desbordó a través del Atlántico desde Estados Unidos.


Los británicos han llegado a una incómoda conclusión en las últimas semanas: Después de 17 años de crecimiento ininterrumpido, la economía británica está acercándose más a la recesión, y quizá ya esté en ella.


Las cifras dadas a conocer a principios de este mes por HBOS, el mayor prestamista hipotecario, mostraron que el desplome del mercado de la vivienda, que ha estado arrastrando a la confianza del consumidor, está cobrando impulso. El precio promedio de una propiedad cayó 8.8 por ciento en los 12 meses que terminaron el 31 de julio, el mayor descenso desde que la compañía empezó a dar seguimiento a los precios en 1983. Las reposesiones, las bancarrotas y el desempleo, aunque a niveles relativamente bajos, han empezado a ascender en los últimos tres meses.


El Banco de Inglaterra, el banco central de la nación, es incapaz de reducir las tasas de interés para mantener a la economía en crecimiento porque se vislumbra la inflación. Dejó las tasas de préstamo sin cambio en su reunión del 7 de agosto. Ahora muchos economistas están prediciendo que la situación se deteriorará de manera drástica en los próximos seis meses, dejando a Gran Bretaña ante una depresión más prolongada y más dolorosa que la de Estados Unidos.


"Estados Unidos ha visto venir los problemas antes y hubo más acción para reducir las tasas de interés que en el Reino Unido, lo que quiere decir que la recuperación en el Reino Unido será un poco más lenta", dijo Ian Harnett, director administrativo de Absolute Strategy Research en Londres.


Los votantes están culpando al primer ministro Gordon Brown, dando a su Partido Laborista su peor índice de popularidad en casi 30 años.


La economía de Gran Bretaña está en peor estado que la mayoría en Europa, con excepción de España e Irlanda, debido a su fuerte dependencia de dos industrias en dificultades: la vivienda y los servicios financieros. En la cúspide del auge de la vivienda, los bancos británicos estaban tratando de superarse unos a otros en su disposición a prestar dinero mientras que sus rivales en el Continente generalmente estaban más restringidos por la regulación.


Leeds está entre las ciudades más duramente afectadas. Situada en la parte media norte del país cerca de Manchester y Liverpool, con una población de casi 450 mil habitantes, Leeds estuvo en auge a fines de los años 90 cuando las compañías de tecnología y servicios se establecieron aquí para aprovechar las rentas baratas y la proximidad con una universidad importante.


La demanda de oficinas y departamentos dio paso a un auge de construcción que hizo de Leeds la ciudad de más rápido crecimiento en Gran Bretaña en 2003 y condujo a que la región fuera llamada el Triángulo Dorado.


Ahora, muchos de los edificios de oficinas de la ciudad están vacíos y sus fachadas de cristal anteriormente de moda están repletas de letreros de "Se vende". Nuevos desarrollos, como el proyecto Lumiere que se erigiría cerca de la estación de ferrocarril, están siendo cancelados conforme los bancos retiran su financiamiento.

 

Otro desarrollo, conocido como Kissing Towers, que habría ofrecido 300 departamentos nuevos, fue reducido a la mitad el mes pasado.


Al norte del centro de la ciudad, el panorama es aún más sombrío. Hay rebosantes contenedores de basura enfrente de casas tapiadas con tablas, y las organizaciones de caridad de la ciudad se preparan para un otoño e invierno de mucha actividad.


Gordon Bell, director ejecutivo del Servicio de Asesoría sobre Créditos de Consumo en Leeds, dijo que las llamadas a su equipo aumentaron 20 por ciento en los últimos tres meses y probablemente se elevarían conforme crecieran las bancarrotas personales.


Ese incremento coincidirá con los crecientes costos del crédito y los precios cada vez más elevados.


Shahz Khuram, un taxista de 33 años de edad, está nervioso por la hipoteca de 160 mil dólares sobre su departamento de dos recámaras. El periodo de tasa fija termina el año próximo y tendrá que refinanciar. "No son sólo las tasas hipotecarias las que han subido. Todo está más caro. Tengo amigos que están vendiendo sus autos para pagar su hipoteca", dijo.


La tasa de interés promedio para una hipoteca en Gran Bretaña subió a 5.8 por ciento respecto de 5.6 por ciento en los 12 meses que terminaron en mayo.


Las reposesiones de casas están incrementándose e incluso los precios de la propiedad en Londres han empezado a caer, con los valores de casas en los vecindarios más caros, que incluyen al exclusivo Knightsbridge, descendiendo 1.6 por ciento en julio.


Los precios de la propiedad siguen siendo alrededor de 10 por ciento más altos que hace tres años, pero Standard & Poor's advirtió el mes pasado que los precios caerían un 17 por ciento adicional antes de fines del año próximo. Eso dejaría a alrededor de 1.7 millones de propietarios de casas con hipotecas que exceden el valor de sus propiedades.


Los males de la vivienda han empezado a amenazar al pequeño negocio de Vivienne Cockcroft. Ella vende ropa y muebles de segunda mano en un almacén que renta aquí, pero los crecientes costos de la renta y los servicios públicos la están obligando a mudarse o cerrar. "Nuestras reservas de efectivo están siendo devoradas, e incluso mudarse significaría recortar empleos", dijo, refiriéndose a su personal de ocho empleados.


Economistas dicen que la turbulencia del mercado global del crédito aún no se ha dejado sentir por completo en la economía de Gran Bretaña. Apenas recientemente el desempleo, ahora en 5.2 por ciento, ha empezado a subir. Y los británicos siguen ingeniándoselas para mantenerse al corriente en los pagos de su deuda personal récord de 1.4 billones de libras esterlinas (2.7 billones de dólares).

 

En realidad, las bancarrotas personales disminuyeron en el segundo trimestre, aunque a un ritmo más lento de lo que había sido la tendencia.


Las compañías parecen ser menos resistentes: Las liquidaciones se elevaron 15 por ciento en el último año.


Hay algunos destellos de esperanza. Shore Capital, una firma de inversión basada en Londres, estableció un fideicomiso de capital aventurero este año que contiene 75 millones de libras (146.5 millones de dólares) para ayudar a cubrir la brecha del crédito. Ya ha ayudado a Bloomsbury Auctions, un minorista de libros raros y casa de subastas con sede en Londres, a comprar acciones.


Y en Londres, las propiedades costosas, particularmente las destinadas a los extranjeros ricos, siguen vendiéndose. La agencia de bienes raíces Winkworth recientemente vendió un departamento de 237 metros cuadrados y cuatro recámaras en Covent Garden, cerca de la Ópera Nacional, por 3.4 millones de libras (6.6 millones de dólares) a un comprador europeo no identificado.


"No hay duda de que es un ambiente difícil y realmente dependerá de los bancos y la economía cuánto más caiga el mercado", dijo Charles Peerless, director de la oficina del West End de Winkworth. "Lo alentador es que sigue habiendo compradores".


Pero fuera de ese mundo enrarecido, incluso las empresas exitosas están teniendo dificultades para encontrar capital. Tommy Barnshaw, que dirige una empresa con su esposa, Vanessa, en las afueras de Londres que vende sillas de ruedas y sillas elevadoras, está entre los negocios medianos y pequeños que están luchando por obtener préstamos de bancos abrumados por millones en pérdidas de préstamos.


Los Barnshaw necesitan 600 mil dólares para mudarse a una tienda más grande, pero su agente hipotecario dijo que encontrar un préstamo sería difícil.


"Las empresas aún necesitan dinero", dijo Adam Tyler, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Agentes de Finanzas Comerciales. "No hay nada ahí afuera".

 

 

 

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