Negligencia provocó desplome del helicóptero del gobierno


Revelan fuentes del hangar que los pilotos tenían prohibido poner en las bitácoras las fallas de las aeronaves


En entrevista con CAMBIO dichos empleados, quienes prefirieron dejar su nombre en reserva por lo delicado del asunto, rompieron el silencio para señalar que las válvulas bleed y otras piezas de los helicópteros han fallado continuamente, sin embargo, en lugar de cambiarlas por nuevas, Ochoa adquiere overholds —piezas usadas, en el lenguaje aeronáutico— los cuales instalan en talleres clandestinos


Efraín Núñez Calderón

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La negligencia que provocó la tragedia en la que perdió la vida la esposa de Mario Montero Serrano, secretario de Gobernación, podría quedar impune debido a que las bitácoras de vuelo de los helicópteros del Gobierno marinistas han venido siendo alteradas por órdenes de Javier Ochoa, director de Servicios Aéreos, quien obliga a los pilotos a no asentar las anomalías que registran las aeronaves en vuelo, revelaron trabajadores de esta área del Gobierno marinista.


En entrevista con Cambio dichos empleados, quienes prefirieron dejar su nombre en reserva por lo delicado del asunto, rompieron el silencio para señalar que las válvulas bleed y otras piezas de los helicópteros, han fallado continuamente, sin embargo, en lugar de cambiarlas por nuevas, Ochoa adquiere overholds —piezas usadas, en el lenguaje aeronáutico— los cuales instalan en talleres clandestinos.


Por si esto fuera poco, en lo que va de la administración actual, siete pilotos han sido despedidos o han renunciado por el cúmulo de anomalías que reinan en el hangar. Y es que Javier Ochoa obliga a los pilotos a firmar los recibos de entrega de viáticos cuando en realidad nunca entrega recursos por este concepto.
Pero no es todo, a raíz de la tragedia del viernes pasado se conoció que en el hangar marinista no sólo cargan combustible y se le da mantenimiento a las aeronaves oficiales, sino también otros artefactos aéreos que pertenecen a particulares:


“En repetidas ocasiones los aviones han tenido fallas durante el vuelo, sin embargo, a los pilotos se les prohíbe terminantemente anotar estos desperfectos en las bitácoras de vuelo. Sólo se lo pueden mencionar a Javier Ochoa, quien se encarga de arreglar las anomalías”, advierten.


Según los testimonios, uno de estos desperfectos fue encontrado en el helicóptero 5 de Mayo —el cual cayó en el accidente de la Sierra Norte—. Según esta versión tanto éste como las demás aeronaves han tenido en vuelo repetidas explosiones en el stall de compresor. Dicha anomalía provoca que por momentos los pilotos pierdan el control del helicóptero mientras despegan o aterrizan.


El mal funcionamiento de la válvula bleed, aseguran estos expertos, es identificado por la computadora de las aeronaves, las cuales emiten la alerta de no go, es decir, advierten sobre el riesgo de sufrir un accidente:


“Lo que hace Ochoa es atenuar ese mal funcionamiento con soluciones que no son duraderas. Una vez que deja de sonar la alerta de la computadora, alienta a los pilotos a volar, sin embargo, el problema persiste”, denuncian.


A pesar de que Ochoa manifestó haber cambiado la pieza, las máquinas continuaron con este error, razón por la cual, pilotos de la talla de Noé Soto —con 12 mil horas de vuelo— decidieron dejar sus trabajos por riesgo perder la vida en un accidente.

 

La corrupción
de Javier Ochoa


Javier Ochoa, mejor conocido como “El Niño” en el hangar marinista, es el responsable de la salida de los siete pilotos y tres mecánicos del Gobierno del estado en lo que va de la administración. El primero de ellos fue el experimentado piloto Mario Aparicio —quien transportó en sus giras a los gobernadores Manuel Bartlett y Melquiades Morales—.


A pesar de no tener entrenamiento como piloto o mecánico, Ochoa acusó a Mario Aparicio de cometer fallas en vuelo y utilizó este pretexto para despedirlo de la administración marinista sin liquidación. En el gobierno continuaron brindando servicio los pilotos Noé Soto y Salvador Flores.


Este último fue nombrado jefe de pilotos a pesar de que fue responsabilizado del accidente que sufrió el ex gobernador Melquiades Morales a bordo del 5 de Mayo. Según las fuentes consultadas, Flores tuvo en el pasado incidentes similares con otras aeronaves antes de trabajar para el Gobierno estatal.


Con la salida eventual de los pilotos experimentados, Ochoa contrata a otros con menos horas de vuelo, a quienes paga menor sueldo por sus servicios. En su momento, tanto Aparicio como Soto recibieron un sueldo de 50 mil pesos mensuales por sus servicios.


Sin embargo, los nuevos pilotos, eran contratados con sueldos de 35 mil pesos. Más aún, son obligados por Ochoa a transportar a particulares quienes no forman parte de la administración marinista, sin recibir compensación alguna por este servicio.

 

Hangar no
certificado


Una de las anomalías más graves radica en el hecho de que el hangar del Gobierno del estado no está certificado por la Dirección General de Aeronáutica. Por esta razón, se tiene que contratar a agencias autorizadas para certificar las reparaciones y el mantenimiento que se les da a los helicópteros.


El Gobierno pudo haberse evitado buscar la certificación de las reparaciones si desde el inicio de la administración hubiera contratado a la empresa Custumer Facility Service —agencia Bell autorizada— para el mantenimiento de los helicópteros, así como para adquirir las piezas adecuadas en caso de algún desperfecto.


Los trabajadores entrevistados revelaron que en 2005 el Gobierno estatal analizó dicha posibilidad, sin embargo, al final de cuentas la decisión se inclinó por la empresa Servicios Aéreos Milenio, firma que colocó a Javier Ochoa al frente del hangar marinista.

 

 


Inoperante el helicóptero
de la Policía estatal


La corrupción y la negligencia que reinan en el hangar marinista han llegado al extremo de que se ha dado la orden de dejar caducar la máquina del helicóptero de la Policía estatal para venderlo como chatarra. El helicóptero Bell 206 con número de serie 52138 dejó de volar en los cielos de Puebla, tras sufrir un accidente por una mala operación de los pilotos.


Personal adscrito al hangar, reveló a esta casa editorial que cerca de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl falló la pala del rotor principal, la cual hizo contacto con la cuchilla cortacable. Según esta versión, los pilotos se salvaron por fortuna, sin embargo, la máquina quedó dañada.

 

Lejos de intentar repararla, quienes operan las aeronaves de la administración estatal decidieron confinar dicho helicóptero —destinado para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos— en el hangar marinista, lejos de la vista de los extraños: “quieren que caduque el artefacto para venderlo como chatarra”, acusan.

 


 
 
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