Se hunde San Lázaro

Prefieren los diputados autoasignarse recursos, en lugar de corregir fallas en Palacio Legislativo

Claudia Salazar / Armando Estrop / Agencia Reforma

La Cámara de Diputados se hunde y para su rescate los legisladores aprobaron una partida que representa apenas la octava parte de los remanentes que les sobraron en 2007 y que prefirieron repartirse entre las bancadas.

El diagnóstico sobre el hundimiento del complejo de edificios en San Lázaro está en el escritorio de los legisladores desde 2004, cuando fue entregado por la UNAM.

Pero hasta el Presupuesto de 2008 se programó una partida, de 7.8 millones, para iniciar las obras sugeridas por el Instituto de Ingeniería de la Universidad a fin de revertir hundimientos en los edificios y la plaza central.

En diciembre, a los diputados les sobraron 53 millones de pesos y la decisión de los coordinadores fue que se repartieran para gastos de los grupos parlamentarios, adicionales a los que ya se les habían entregado.
Desde agosto de 2004, diputados de la Legislatura 59 conocieron de los problemas en los edificios de la Cámara, sobre su inclinación hacia la vía pública e incluso advirtieron de la posibilidad de riesgos ante un fuerte sismo.

Los estudios de la UNAM indican que el hundimiento en la zona del Palacio Legislativo de 1980 a 2006 ha sido en promedio de 12 centímetros por año, de acuerdo a los resultados de cuatro mediciones realizadas en dicho periodo.

La plaza central presenta un levantamiento aparente con respecto al resto de los edificios y el edificio E tiene una inclinación hacia el poniente.

Además, los edificios C y G tienen un ligero levantamiento aparente, y el resto de las estructuras muestran una inclinación hacia los jardines que los rodean.

Las últimas mediciones, en noviembre de 2005 y junio de 2006, muestran que seis inmuebles rebasan los desplomes máximos admisibles.

Los casos críticos son los llamados edificios D y H, donde están oficinas de los diputados y de algunas comisiones.

La UNAM recomendó mantener sin agua todas las celdas de cimentación, retirar los actuales terraplenes de los edificios B, D y H para generar un recuperación de la verticalidad de las estructuras y corregir la tendencia actual, y colocar una serie de pilotes --sin armado y sin conexión con la estructura-- a un lado de los edificios A, B y H.