Casa de la Cultura registra serios daños

 

Urge reforzar muro de contención y reparar grietas


Heriberto Hernández Castillo /Corresponsal / Huauchinango

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El edificio histórico que alberga la Casa de Cultura y a la biblioteca regional Sandalio Mejía Castelán, presenta graves daños desde el año 1999, hay grietas en las paredes, en los pisos y en el muro de contención, que amenaza con venirse abajo en caso de no reforzarse. Durante la presente gestión no se hizo nada por solucionar este problema técnico–geológico.


Hace casi nueve años, un temblor que sacudió parte del estado y que dejó daños en edificios históricos de la ciudad de Puebla, también alcanzó algunas construcciones de Huauchinango, tal es el caso de la que se encuentra en la calle Mina esquina con Guillermo Ledesma, a comparación de lo que se hizo con los edificios con un valor cultural en la capital del estado, en Huauchinango no se ha hecho nada con uno de los que más daños registró.


Se trata de una de las construcciones que más historia y servicios ha dado a la cabecera municipal, es la Casa de Cultura, pero en ella no solamente se alberga a ésta, también está la biblioteca regional con mayor número de materiales para su consulta, en esta infraestructura, lo mismo se practica karate, ejercicios aeróbicos, danza, se imparten talleres culturales, hay oficinas de gobierno y comités de feria; se han hecho exposiciones y se ha ocupado como salón social para eventos especiales.


Se recuerda que en la construcción han iniciado cursos escuelas importantes del pueblo, como la primaria, la secundaria y la preparatoria “Lic. Benito Juárez”, el Tecnológico de Huauchinango y el Conservatorio de Música.


Hoy el edifico está fracturado. El director de la Casa de Cultura, Néstor Luis Vargas Cabrera, declaró que se hicieron gestiones ante el ayuntamiento municipal y la Secretaría de Cultura del estado, pero nadie hizo nada.


La presente administración municipal, en lugar de que reparara, rompió una de las paredes del interior de la biblioteca regional, el argumento fue que se iba a extender la superficie que ocupa el centro de estudio, pero al igual que otras obras en el municipio, quedó en “veremos” y el boquete está tapado con un hule y da al archivo municipal que, por cierto, también es un desorden. Al percatarse del panorama, en lugar de inspirar al estudio, produce depresión.


Las fisuras se aprecian fácilmente en algunas de la esquinas de la biblioteca, en el piso, especialmente en las orillas que dan a la altura de las grietas de las paredes, también se nota la separación y asentamientos que van de uno a dos centímetros.


Lo alarmante es que en la parte de los pasillos, que se protegen con los barandales que dan a las calles Mina y Guillermo Ledesma, la separación está más pronunciada, que entre el adoquín y el muro de contención, fácilmente cabe la mano de una persona y eso revela que el muro se separa cada vez más, y se acrecienta el riesgo de colapso.

 


 
 
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