Irresponsabilidad del Gobierno provocan desnutrición en Chiconcuautla


Hay poblaciones con casi la totalidad de sus niños desnutridos


Se trata de un municipio poblano, que por sus características sociales y demográficas sobresale en el país, pero muy pocos se interesan en hacer algo por mejorar sus condiciones


Heriberto Hernández Castillo / Corresponsal / Chiconcuautla, Puebla

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Desnutrición, muertes maternas e infantiles, explosión demográfica que deja el conservadurismo y alcoholismo, son los padecimientos de los grupos vulnerables del municipio de Chiconcuautla. Pero la enfermedad más grande es la evasión de la responsabilidad que existe entre las instituciones de salud como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud del estado de Puebla (SSEP).


Se trata de un municipio poblano, que por sus características sociales y demográficas sobresale en el país, pero muy pocos se interesan en hacer algo por mejorar sus condiciones


Está ubicado en una de las partes más altas de la Sierra Norte. Algunas de sus comunidades se pierden con lo espeso de la neblina y por la gran cortina que forma el cerro de Zempoala, tal vez por eso las instituciones hacen como que no lo ven, se les desaparece del mapa, de los programas sociales o de la lógica.


Los datos son fuertes y reveladores, tanto de las promotoras rurales de salud (voluntarias) del Seguro Social y los que manejó Francisca Hernández Hernández, presidenta del DIF municipal, coincidieron: la cabecera municipal de Chiconcuautla tiene un registro de 262 niños menores de 5 años con problemas de desnutrición, 118 leve, 140 moderada y 4 severa; la Junta Auxiliar de Tlalhuapan tiene un total de 127 desnutridos, 96 en estado leve y 31 en situación moderada; la comunidad vecina de Cuetzalingo registra 57 casos, 35 leves, 20 moderados y 2 severos; en Zempoala la realidad no es distinta, el médico encargado de la clínica del lugar, René García, señaló que hay 150 casos de desnutrición en los tres niveles, pero éstos representan más del 50 por ciento de la población infantil, ya que la cantidad de niños en esa comunidad oscila entre los 270.


En Cuetzalingo hay aproximadamente unos 500 habitantes, de estos 190 son niños y poco más de una cuarta parte están en calidad de desnutrición.


Lo lamentable es que no cuentan con un médico que les haga chequeos continuamente. Chiconcuautla, Talhuapan, Cuetzalingo, a parte de sus niños desnutridos, tienen otra cosa en común, ya que son atendidos (burocráticamente hablando) por el IMSS, aunque no cuenten con un lugar donde adecuado ni con los medicamentos necesarios.


El encargado de la clínica de la cabecera municipal de Chiconcuautla “no atiende partos”, por lo que las mujeres a punto de parir son canalizadas a Huauchinango (a dos horas de distancia). En el mejor de los casos dan a luz en el camino, pero algunas no tienen esa suerte y se han registrado muertes de la madre o del infante.


René García, responsable de la clínica de Zempoala, comentó que a veces el IMSS le canaliza las mujeres embarazadas a su centro de atención, porque él sí da ese servicio, “aunque no me corresponde porque son de IMSS y se supone que ellos deben dar esa atención”.


Como no hay medicinas, mucho menos funciona un programa de recuperación alimenticia en las tres comunidades antes citadas por parte del Seguro Social, “a las señoras a veces se les da papilla para que les den de comer a sus hijos, pero las señoras no quieren, prefieren dárselos a los puercos o perros que a sus hijos. De hecho también las madres tienen la culpa, porque son flojas, no les dan a sus hijo de comer de manera adecuada, aunque se les explique con ingredientes sencillos”, dijo una de las promotoras rurales voluntarias del IMSS, quienes por cierto, también caminan alrededor de dos horas diarias para llegar a dar su asesoría.

 

La religión


Las encargadas de dar algunas pláticas a los vecinos de Tlalhuapan y Cuetzalingo, dijeron que la religión no le permite a las madres indígenas usar un método anticonceptivo, “porque es pecado y deben tener los que Dios diga, incluso algunos hombres dicen que para eso están las mujeres, para tener hijos y ellas los tienen para que no se enoje el marido o para que no las deje por otra…”, atestiguaron las promotoras de salud.

 

El gobierno


La mayoría de las familias del municipio de Chiconcuautla tienen más de dos hijos, tienen muchos más, algunas de éstas llegan a 12.

 

La que menos tiene cuanta con 6 ó 7 hijos. Comentan algunos lugareños, que hay otros daños, como el programa de Oportunidades del gobierno federal, que se paga cada dos meses y se hace por niño.

 

Es decir, que entre más hijos tengan más dinero reciben del programa, aunque estos estén desnutridos.


El alcoholismo está presente en los rostros de Chiconcuautla, no solamente en los masculinos.

 

La enfermedad del alcohol ha ganado terreno entre las mujeres, al menos en la cabecera municipal hay un registro de 40 alcohólicas que “deciden entrar al vicio, porque les pega el esposo, por la falta de empleo o porque lo ven como un refugio ante su pobreza”, aseveró la pesidenta del Sistema DIF municipal.

 

En fin. Son muchos los padecimientos y pocas las opciones de salud en el municipio, se es víctima de la burocracia gubernamental en la atención médica, que obedece más a una división política que a una necesidad poblacional. Mucho se habla de la desnutrición pero poco se hace para remediarla.


 
 
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