Medidas de seguridad dañan al turismo en Beijing


David Barboza / Beijing


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El lujoso vestíbulo del Kerry Center Hotel de Beijing regularmente está repleto de huéspedes extranjeros, muchos de ellos escuchando jazz y bebiendo martinis en el Center, el elegante bar del hotel o formados para conseguir taxis después de cenar en el restaurante Horizon.


Pero en una reciente noche de jueves, Center estaba apenas salpicado de huéspedes en un hotel cuya tasa de ocupación es típicamente cercana al 100 por ciento en esta época del año. Esa noche, el gerente en turno, dijo que era de 63 por ciento.


“Algo extraño ha estado ocurriendo”, dijo Sun Yin, el gerente en turno. “Realmente no sé qué sucedió”.


Con las Olimpiadas de Beijing a menos de dos meses de distancia, operadores de hoteles, agencias de viajes y hombres de negocios extranjeros dicen que las nuevas restricciones de visa chinas están resultando malas para los negocios, tendiendo un paño sobre Beijing durante lo que se suponía sería una temporada turística activa y exultante en vísperas de los Juegos Olímpicos.


Las autoridades chinas reconocieron haber introducido nuevas restricciones de visa en mayo; después de que embajadas extranjeras reportaron que menos visas estaban siendo emitidas y restricciones más estrictas, en ocasiones aparentemente arbitrarias. El gobierno no divulgó los lineamientos detallando los cambios en la política; a menudo no lo hace. Pero un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Qin Gang, dijo en mayo que serían temporales.


Hu Bin, funcionario de visas en la Cancillería, dijo que el ministerio no tenía estadísticas sobre el número de visas negadas, pero que las nuevas políticas fueron introducidas por “consideraciones de seguridad”.


Analistas de la industria de viajes habían previsto que los juegos atraerían a 500 mil visitantes extranjeros y 4 mil 500 millones de dólares extras en ingresos a Beijing este verano. Pero ahora, aun cuando algunos hoteles de cinco estrellas están totalmente reservados para las Olimpiadas, muchos economistas están empezando a dudar que la ciudad reciba el tipo de bendición económica que se esperaba.


Muchos hoteles en Beijing están luchando por encontrar huéspedes, algunas grandes agencias de viajes han cerrado temporalmente sucursales, y personas que tenían programado viajar aquí para seminarios y conferencias están cancelando. El número de visitantes extranjeros que visitó Beijing cayó significativamente en mayo, descendiendo en 14 por ciento, según la oficina de estadísticas de la ciudad.


Los residentes de Beijing, mientras tanto, se están quejando de que las medidas de seguridad más estrictas pudieran estropear lo que se suponía sería la largo tiempo esperada fiesta de presentación de Beijing. Pese a años de cuidadosos preparativos —incluido enseñar inglés a choferes de taxis e instruir a los residentes locales sobre cómo esperar en fila (algo no común aquí), y gastar miles de millones de dólares en gigantescos proyectos de edificios para estos juegos— Beijing está empezando a aparecer menos hospitalaria para los extranjeros.


“La actividad está muy débil”, dijo Di Jian, gerente de ventas del Capital Hotel en Beijing. “Desde mayo, muy pocos extranjeros se han registrado. Nuestra tasa de ocupación ha descendido en 40 por ciento.”


Muchas otras ciudades en China también están sintiendo el efecto doloroso de menos turistas, incluida Shanghai, donde algunos hoteles dicen que las tasas de ocupación bajaron entre 15 y 20 por ciento.


El gobierno ha hecho pública su determinación de combatir las posibles amenazas a los juegos, incluidos atentados suicidas, secuestros de autobuses y ataques químicos. En abril, la Interpol advirtió que un ataque terrorista durante las Olimpiadas de Beijing es una “posibilidad real”. Y en un año plagado de disturbios en el Tibet, protestas al paso de la antorcha olímpica, una conspiración terrorista para secuestrar periodistas que cubrieran las Olimpiadas (según funcionarios de Beijing) y el terremoto de Sichuan, el gobierno está insistiendo en la seguridad pública por encima de todo lo demás.


Pero Beijing parece preocuparse menos de ser anfitrión de una fiesta global e interesarse más en asegurarse que nadie la estropee. Funcionarios han dicho que 100 mil comandos, policías y tropas del ejército serán puestos en máxima alerta durante los juegos.


La intensificada sensación de alerta por amenazas de seguridad en la capital ha hecho algo más también: Ha engendrado una enorme cantidad de rumores sobre otras acciones que el podría o no emprender.


Entre ellas: Una región fronteriza con Corea del Norte ha sido cerrada para evitar riesgos de seguridad; a los estudiantes extranjeros y trabajadores migrantes se les está pidiendo que abandonen Beijing durante las Olimpiadas; todos los voluntarios necesitan registrarse con la policía; los bares serán obligados a cerrar temprano; y todas las fiestas al aire libre planeadas para la celebración olímpica de tres semanas han sido prohibidas, lanzando una maldición sobre algunos de los eventos de entretenimiento que habían sido planeados para los juegos.


La policía de Beijing y funcionarios de seguridad negaron algunos de los reportes, pero también, en ocasiones, insistieron en entrevistas telefónicas que no podían revelar algunos asuntos de seguridad. La mala comunicación oficial sobre las regulaciones y restricciones en Beijing quizá esté contribuyendo a la incertidumbre pública y avivando los rumores.


Nada es más un obstáculo que la nueva política sobre emisión de visas. Hombres de negocios, particularmente de Estados Unidos, Hong Kong y Taiwán, se han quejado de que las nuevas restricciones de visas evitaron que reuniones de negocios tuvieran lugar y entorpecieron la celebración de acuerdos.


Muchos hombres de negocios basados en Hong Kong, por ejemplo, dicen que las nuevas reglas sobre visas requieren frecuentes y complicadas solicitudes, a menudo incluyendo pruebas de reservaciones, boletos de avión de viaje redondo y, en algunos casos, una carta de invitación.


“Es algo draconiano”, dijo Richard Vuylsteke, presidente de la Cámara Americana de Comercio en Hong Kong, que representa a compañías estadounidenses que hacen negocios en la región. “Pero la política y la seguridad superan a la Canadá, especialmente durante las Olimpiadas. Sólo esperamos que después de los Juegos Olímpicos las cosas cambien”.


La Cámara de Comercio de la Unión Europea en Beijing también se ha quejado ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.


Operadores de hoteles chinos también se sienten frustrados. Un auge de construcción de hoteles en el cual el número de hoteles de cuatro y cinco estrellas en Beijing aumentó de unos 64 en 2001 a 161 para fines de abril, según cifras del gobierno, está empezando a parecer excesivamente optimista. Muchos hoteles siguen en construcción en una ciudad que ahora tiene más de 5,000 hoteles.


Los operadores de hoteles también dicen que el terremoto y las protestas al paso de la antorcha olímpica quizá estén teniendo efecto negativo sobre el turismo. “Regularmente mayo y junio son la temporada activa en nuestro hotel”, dijo Jiang Zhiqiang, portavoz del New Otani Changfugong Hotel en Beijing. “Este año es bastante inusual. Pienso que varios desastres naturales y provocados por el hombre han ocurrido subsecuentemente, lo cual perjudica a nuestra industria”.
Con la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas a sólo semanas de distancia, sólo 44 por ciento de las habitaciones en hoteles de cuatro estrellas y 77 por ciento de las habitaciones de hoteles de cinco estrellas están reservados, según la Oficina de Turismo de Beijing.


Si los visitantes no pueden obtener visas para entrar al país, muchos de esos hoteles se verán forzados a reducir sus tarifas, que habían aumentado a hasta 2,000 dólares por noche cuando las perspectivas eran más brillantes.


En cierta forma, los hoteles también están en la línea del frente de las medidas de seguridad más estrictas. Típicamente comparten listas de sus huéspedes con el gobierno, diariamente. Pero ahora se les está pidiendo que suministren fotografías de todos sus empleados también, así como que ayuden al gobierno en las aprobaciones de visas, dijeron algunos administradores de hoteles.


Muchas grandes agencias de turismo ya se han dado por vencidas. “Ahora la mayoría de mis colegas para el turismo entrante no vienen a trabajar”, dijo Wang Ge, director del departamento de turismo entrante en el Beijing Tourism Group. “No tenemos clientes este mes”.


En realidad, cuando un estadounidense llamó a la China Travel Guide Tourist Agency el mes pasado, un empleado de ventas incluso desalentó a la persona de visitar Beijing durante las Olimpiadas.


“Realmente no querrá estar ahí”, dijo Lorna Liu, la representante de ventas en China Travel Guide. “¿Por qué no intenta Xi'an o Shanghái y visita Beijing un poco después?”

 


 
 
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