Proyecta Wolffer festival en Latinoamérica


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María Eugenia Sevilla / Agencia Reforma

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MÉXICO, DF, 11-Mar .- Proyectar a los artistas mexicanos en países de América Latina y estrechar los lazos artísticos en el subcontinente, es una prioridad para José Wolffer como director entrante del 24 Festival de México en el Centro Histórico (FMCH).


Una de las primeras medidas en este sentido, es su participación dentro de la reunión en la que se creó la Red Iberoamericana de Festivales de Artes Escénicas, celebrada en Chile en enero pasado.


"Se trata de desarrollar estrategias de vinculación y tener estrategias de coproducción y colaboración (internacional)", señaló Wolffer, quien espera potenciar la sinergia latinoamericana en el 2010, a propósito de la celebración del Bicentenario de la Independencia de México y de las naciones que se unen al festejo.


En un principio, explicó, su gestión se abocará a establecer los vínculos con artistas de la región, y a partir de ahí, hacia el resto del mundo.


"Me interesa que el festival pueda ser un escaparate de aristas mexicanos hacia el exterior".


La proyección del festival se verá reforzada mediante un acuerdo con la Secretaría de Turismo para elaborar paquetes de viaje que estimulen a los visitantes del interior de la República, un proyecto del que el anterior director del festival, José Areán, adelantó planes, pero nunca se concretaron.


Parte de esta estrategia es también el lanzamiento, este año, de un programa piloto: una "tarjeta de membresía" que ofrece descuentos en restaurantes del Centro Histórico.


Un año de trabajo es poco tiempo para darle al espacio el rumbo que quisiera, admite; pero en la programación de la primera edición a su cargo ya se advierten las líneas que pretende seguir.


Una de ellas es la apertura a nuevos lenguajes, a festivales antes circunscritos como Radar. Espacio de Exploración Sonora, Radical Mestizo y ExCéntrico, Wolffer sumó este año Animasivo, dedicado a la animación cinematográfica.


Si bien eliminó el programa de lecturas dramatizadas Pago por ver para revisarlo, las agenda de Wolffer también incluye dar mayor despliegue a las artes teatrales.


"Me interesa abrir el abanico de lenguajes teatrales. La idea es poner de manifiesto actividades en procesos artísticos que le tomen el pulso a la experiencia de la contemporaneidad".


"Van desde una producción muy compleja y costosa como Together... el proyecto de los islandeses (Vesturport Theatre Group), con Gael (García Bernal), hasta una cosa muy pequeñita, en la que el público va a representar una pieza sobre una mesa, con muñecos de plastilina, siguiendo ciertas instrucciones (Etiquette)”.


El montaje colombiano de Testigo de las Ruinas, explora técnicas narrativas que oscilan entre el teatro documental y la videoinstalación, mientras la coproducción argentino-mexicana El matadero.6: Ciudad Juárez, plantea una intertextualidad entre teatro, música, poesía y artes visuales, y el estreno en México de El sueño sin fin (Italia), permitirá apreciar la evolución dramatúrgica de Alejandro Jodorowsky, siete años después de su Ópera pánica.


En el rubro de la música, el afán revisionista de quien fue fundador de Radar, se evidencia en la presentación de la oferta clásica dentro de un ciclo, en esta ocasión dedicado a Franz Schubert (1797-1828), con piezas que compuso en su último año de vida.


Wolffer destaca además la inauguración un ciclo de jazz en el Zinco Jazz Club, aparte de la oferta propia de Radar, así como el dotar a la presencia operística de un perfil: programar sólo obras importantes que en México no se hayan estrenado o sean poco difundidas, como es el caso de Jenufa, de Leos Janacek.


"En tres años (...) me gustaría ver una mayor presencia en las calles durante todo el festival, no sólo en el Zócalo y en algunas fechas".

 

Más dinero para el arte


Acrecentar el presupuesto del festival para poder impulsar la comisión de obra artística, incluso de ópera, está entre los planes de José Wolffer al frente del FMCH.


"Algunos encargos ya se están trabajando", adelantó.


Sin embargo, advirtió que la realización de proyectos de largo aliento, aunque deseable, es económicamente inviable para el festival que este año cuenta con un presupuesto redondeado de 26 millones de pesos.


"No hay las condiciones ideales aún para hacer este tipo de proyectos, para poderle pagar, por ejemplo, a un compositor y a un dramaturgo durante uno o dos años de gestación de la obra".


 
 
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