Archundia enloquece: Los Zetas no mataron al placa 646


PGJ realiza un homenaje al judicial caído


La ceremonia al policía levantado fue limitado, sencillo y con una fotografía, en vez de los honores de cuerpo presente, como comúnmente se hace al uniformado caído en el cumplimiento del deber


Edmundo Velázquez

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Intentando tapar el sol con un dedo, Rodolfo Igor Archundia Sierra negó que la muerte de Felipe García Guillén, agente placa 646 secuestrado el 15 de abril, se tratara de un golpe perpetrado por Los Zetas.


El funcionario, deslindándose de cualquier responsabilidad en las investigaciones del levantón y muerte de uno de sus subordinados, dejó todo en manos de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz.


En rueda de prensa, llevada a cabo previamente a un homenaje al judicial caído, el funcionario admitió que los familiares de García Guillén habían exigido que ningún funcionario de la PGJ llegara al velorio en Coapiaxtla de Guerrero.


“En este momento no puedo dar respuesta a lo que ellos sientan. Pero sí sé que están pasando por un momento de pérdida de un ser querido (…) Están en el proceso de elaboración del duelo. Si ellos pasan por esa situación, es obvio que están buscando en quién fincar culpas y responsabilidades”, comentó Archundia justificando el rechazo de la familia de García Guillén y además remató recordando que murió porque “cumplía con su deber”:


“… estamos en presencia de los riesgos que, cualquier servidor público pasa por el ejercicio de sus funciones.”
Y es que Puebla se despertó el miércoles 30 de abril con la noticia que el agente Felipe García Guillén, levantado 15 días antes por Zetas tras un enfrentamiento en Córdoba, Veracruz, había sido encontrado flotando en las aguas del río Blanco, en la población de Coetzala, población también veracruzana.


El cuerpo había sido encontrado el 29 de abril amarrado de los pies con cable coaxial negro, vestido como el último día que se le había visto y con lesiones provocadas por la fauna del río. Sin rastro de golpes o tortura, según aseguró el procurador Archundia. Los detalles de la PGJ llegaron dos días después, hasta el viernes 2 de mayo.


En su primera rueda de prensa, formalmente instalado una semana antes, el procurador leyó primero un comunicado en el que relataba la historia de los judiciales que primero ingresaron para investigaciones con relación a la averiguación previa 036/2008/RV/SMT. En el comunicado fue claro, las autoridades de Veracruz dejaron solos a los agentes de la Policía Judicial que llegaron para las investigaciones.


“… fueron prácticamente emboscados los agentes investigadores por un grupo armado, siendo agredidos de manera violenta con armas de fuego de grueso calibre, lesionando a cinco agentes de la Policía Judicial y secuestrando al compañero Felipe García Guillén, sin que en el momento ninguna corporación de seguridad pública de la localidad hubiese intervenido en su auxilio”, leyó el funcionario en su comunicado.


El motivo de la muerte indicado por Archundia fue “ahogamiento” o “anoxia por sumersión”. Pero ninguna herida de bala, ningún rastro de tortura, según el procurador:


“No, no presentó herida de bala. No presentaba ninguna lesión por arma de fuego. Dictámenes periciales hablan de que estaba vivo al momento de entrar al agua y se le encontraron amarrados los pies por un cable coaxial negro”, se limitó a responder Archundia cuando se le preguntó sobre los rastros de lesiones provocadas por tortura.


Para el procurador, el motivo del secuestro, los autores del levantón, el escape de la persona que conducía el camión por el que se dio el enfrentamiento, todos esos serán temas a esclarecer, según Archundia, por las autoridades de Veracruz:


“En la PGJ de Veracruz aún no dan resultados de los responsables, entonces no existen datos de partencia a algún grupo en particular (…) Lo privaron de la vida porque fue la forma de evitar la presencia de un testigo. Debemos tener confianza a las autoridades de Veracruz, no tenemos otra autoridad. Tenemos conocimiento de que una persona estuvo hospitalizada. Pero no datos que tengan responsabilidad con este tipo de hechos, esperamos los comunicados de la PGJ en Veracruz para dar respuesta a estos cuestionamientos.”


De los hechos en la ciudad de Puebla, la balacera en la 105 Poniente y el ejecutado en la Sierra Norte ni hablar, porque la PGJ apenas está investigando, por lo pronto todos son hechos aislados:


“En cuanto tengamos los datos, podremos dar a conocer si pertenecen a algún grupo de delincuencia determinado.”

 

“No se nos pidió estar presentes”


El homenaje de la PGJ fue limitado, sencillo y con una fotografía en vez de los honores de cuerpo presente, como comúnmente se hace al uniformado caído en el cumplimiento del deber.


Un lazo negro con la leyenda “descanse en paz”, rosas en un florero, dos arreglos florales y la fotografía del placa 646 vestido de saco, camisa y corbata fueron suficientes para que la PGJ rindiera el protocolario adiós.


A eso se sumaron las frías palabras del jefe de la Policía Judicial, Hugo Isaac Arzola, quien fingió cercanía al agente y lo definió como “amiguero y amante del futbol”.


En cuanto al apoyo de la PGJ hacia la familia de García Guillén, sus padres —quienes eran mantenidos por el agente— y su esposa Nora Alicia Pérez Silva, el procurador admitió que habían desistido de asistir al homenaje y que se les pidió a los funcionarios no estar presentes:


“Hemos sido respetuosos de sus decisiones en cuanto a que no desean participar en este homenaje. Pero como parte de nosotros, de la PGJ, hemos ofrecido en todo momento el apoyo de la institución y del Gobierno del estado. En el funeral no se nos pidió estar presentes…” Por lo pronto, a cambio de la vida del agente, la familia recibirá 240 mil pesos de manos del gobierno del estado, según detalló el procurador.

 


 
 
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