Concierto de Besty Pecanins fracasa en Puebla


Carlos Alcaraz Ramírez

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Algunos problemas vocales de Betsy Pecanins, y el pésimo trabajo con el equipo de sonido instalado a un costado del zócalo, impidieron a los poblanos disfrutar la calidad interpretativa de esta legendaria cantante de blues, el pasado viernes por la noche.


Betsy Pecanins, cantante mexicana nacida en Arizona, hija de estadunidense y catalana, se presentó el viernes en un evento organizado por el Ayuntamiento alusivo a las fiestas de fieles difuntos y de muertos.


Los problemas comenzaron cuando, a punto de comenzar el concierto, los organizadores quitaron las cintas amarillas de las alrededor de cien sillas colocadas justo frente al escenario, reservadas para las autoridades municipales —encabezadas por la alcaldesa Blanca Alcalá Ruiz—, y decenas de asistentes al concierto intentaron sentarse en ellas, puesto que estaban vacías y había gente sin asiento. Y un locutor que anunció dos veces a “la diva Betsy Pecanín (sic)” invitó a los que estaban parados a ocupar los lugares vacíos.


Con menos celeridad que los invasores de las sillas, los organizadores pretendieron impedirles su permanencia en la zona reservada. Era tarde, y los organizadores apenas pudieron guardar las tres primeras hileras.


Pero lo más grave del concierto fueron los problemas con las bocinas y los micrófonos de los músicos de Betsy y, principalmente, de la propia Betsy. Desde las pruebas de sonido, media hora antes del comienzo del concierto —programado para comenzar a las 19:30 horas—, era notorio un persistente sonido que, según algunos espectadores, era como “si les pusieran micrófonos a moscos gigantes”. Infructuosamente, desde el control del sonido y desde el escenario, técnicos y músicos trataron de resolverlo.


Y, poco después de la hora programada, Besty salió a escena. Entre sus problemas de voz y el creciente zumbido de las bocinas —tanto Betsy como la virtuosa chelista de nombre Mónica se quejaron de que no les funcionaban sus monitores—, transcurrieron algunas piezas antes de que el entusiasmo creciera entre el público no habituado a su obra, mientras que las decenas de fieles seguidores de la cantante prefirieron no hacer caso a los problemas técnicos y adoraron Betsy.


Fiel a su costumbre, la alcaldesa Blanca Alcalá Ruiz llegó tarde al evento, pero ni a los músicos ni a la propia Betsy pareció importarles, y comenzaron el concierto. El momento mágico de la noche llegó cuando Betsy interpretó “Hey, Jude”, de The Beatles, con el que cerró la noche.


Betsy Pecanins nació en Yuma, Arizona, pero desde hace 31 años vive en México. Ha interpretado, en más de tres décadas de trayectoria artística, clásicos del blues y de música tradicional mexicana. Sus seguidores en todo el país se cuentan por miles, y algunos de sus discos son objeto de culto entre los amantes del género.

 

 

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