La socialité poblana se adueña del zócalo


A las seis de la tarde todo parecía un fracaso, dos horas después más de ocho mil poblanos iluminaron la ciudad


Las revistas del corazón tendrán en esta entrega un tema específico: “Son hermosos, millonarios, divertidos, famosos y con conciencia social”. Las páginas de Rostros, Ambiance, Imagen, VIP y KHO darán cuenta de qué personalidades del mundo rosa vistieron de blanco el sábado pasado para pedir un alto a los secuestros


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Selene Ríos Andraca

 

 

Por dos horas la plaza de armas fue el escenario del evento social más importante del fin de semana y aunque no fue el cumpleaños de algún miembro de la familia Yitani o Salcedo, ni la comunión de algún Solana y mucho menos el anuncio de una boda de la estirpe Haddad o Maccise, la marcha contra la inseguridad y la violencia convocó a los rostros poblanos.


Los fotógrafos de sociales se ahorraron la desvelada y el rondín por los antros en busca de la gente bien y bonita que sale a divertirse cada fin de semana en el bar o lounge de moda. Todos estaban en el zócalo capitalino vestidos de blanco y entonando el Himno Nacional.


Las revistas del corazón tendrán en esta entrega un tema específico: “Son hermosos, millonarios, divertidos, famosos y con conciencia social”. Las páginas de Rostros, Ambiance, Imagen, VIP y KHO darán cuenta de qué personalidades del mundo rosa vistieron de blanco el sábado pasado para pedir un alto a los secuestros.


La imagen del zócalo capitalino se trastornó por dos horas. Los payasitos, globeros, boleros y hasta las palomas fueron desplazados por los personajes más envidiados y codiciados de La Boutique, El Chimichurri, Ming y Bombay.


Aún se desconoce dónde pasaron la tarde las tribus urbanas, las trabajadoras domésticas y los militares que colorean la plaza cada fin de semana.


En el pasado quedó la idea de que sólo los ambulantes de la 28 de Octubre o los militantes de Antorcha Campesina se manifiestan en las calles contra la incompetencia del gobierno en turno. También la socialité poblana puede hacerlo, pero en silencio y con imágenes de Cristo custodiándola.


Los paraguas e impermeables improvisados con enormes bolsas de plástico opacaron la pasarela de marcas en la Avenida Reforma: Gucci, Prada, Cristian Dior, Ermenegildo Zegna, Versage, Valentino, Burberry, Chanel y D&G fueron víctimas de la llovizna que no cedió en ningún momento.


Aunque los alaciados y peinados con secadora también sufrieron el embate de la lluvia, ya que algunos ni con bolsas fueron rescatados, las mujeres de la marcha no detuvieron su paso y continuaron el recorrido con la humedad evidenciada en su despeinado y enredado cabello.


Algunos manifestantes se frustraron ante el clima, pues no pudieron encender su vela, ni alzar el iPhone hacia el cielo para formar parte de las fotografías satelitales que muestran cómo México se iluminó el sábado 30 de agosto a la caída de la noche.


Pues, a pesar de la llovizna y del clima frío, las familias más acaudalas de la capital poblana encendieron una veladora y abarrotaron el primer cuadro de la ciudad para exigirles a “las autoridades” que mantengan la paz y garanticen la seguridad de cada uno de ellos.


No, no hubo reproches por la pobreza, la impunidad, la negligencia o por la corrupción gubernamental que baña al gobierno de Mario Marín Torres. El tema central fue la ola de violencia desatada en los últimos meses en Puebla, coronada por el atentado que sufrió el subprocurador Víctor Pérez Dorantes a manos de unos sicarios del narcotráfico.


Y como era de esperarse, tampoco hubo un reclamo álgido para el gobernador, para Mario Montero Serrano o para Mario Ayón Rodríguez, porque para las personas que marcharon esos tres nombres se resumieron en la simple palabra “autoridades”.


Por supuesto, no se habló del narcotráfico ni de la guerra entre cárteles para apoderarse de la plaza de Puebla.

 

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La primera marcha contra la inseguridad celebrada en Puebla comenzó con puntualidad inglesa. Cuando las manecillas del reloj de El Gallito se posicionaron sobre el número seis, las primeras mil personas comenzaron la caminata con una leve lluvia sobre la Avenida Reforma.


Lo único que se escuchaba en Reforma eran murmullos. No hubo gritos, ni protestas, ni canciones contra el gobernador. Las mantas que adornaron a los contingentes eran las menos y sobre temas políticos sólo una destacó: “Montero deja de decir que no pasa nada”.


El presagio del fracaso se deshizo en los charcos de Reforma. A las siete y media de la noche, unos cuatro mil poblanos vestidos de blanco marchaban mano a mano con dirección al zócalo capitalino.


A las ocho de la noche, ocho mil velas iluminaron la ciudad de Puebla que en compañía del Distrito Federal, Saltillo, León, Celaya, Cuernavaca, Cancún, Oaxaca, Tepic, Nuevo Laredo, Villahermosa y Campeche, entre otras irradiaron la desesperación de los mexicanos en el país.

 

 

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