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Otro caso de corrupción con final feliz: Beristáin, ex de la Conagua, a la cárcel




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Luego de seis meses de pesquisas, el Juzgado Décimo Primero de Distrito libró las órdenes de aprehensión en contra del ex delegado de la Conagua, y otros dos funcionarios menores, Héctor Augusto Rizo López, ex subdirector de Administración del Agua, y Francisco Javier Revilla Cerrillo, ingeniero de la dependencia. Los dos primeros ya duermen tras las rejas, mientras que Beristáin se encuentra prófugo

Un nuevo pillo a escena. Durante el sexenio anterior, el delegado de la Conagua fue un “mátalas callando”: discreto, poco visible, sin roce con los medios de comunicación, pero todo un maestro en materia de corrupción en la gestión de los recursos hidrológicos de la entidad con la bendición de Felipe Calderón. Manuel Beristáin saqueó la delegación federal con el apoyo de un grupo de funcionarios que, apoyados en el estatuto del Servicio Profesional de Carrera, se convirtieron en una mafia que extorsionó a empresarios, alcaldes, funcionarios públicos. El ahora ex delegado autorizó la sobreexplotación de cuencas, no vendía los derechos por pozos, sino por metro cúbico extraído, condonó “amablemente” adeudos. ¿Lo peor? Permitía a empresas contaminantes las descargas en ríos y drenajes con una “módica” cuota para hacerse de la vista gorda. Misma técnica que aplicó para no ver asentamientos humanos en las riberas de los ríos. Total, un corruptísimo totalmente discreto.

 

 

Tan discreto que cuando le entregó la Conagua a Germán Sierra Sánchez, nada parecía fuera de lugar, a excepción del personal que comenzó una guerra de baja intensidad amparado en la Ley del Servicio Civil. La mafia que creció al amparo de Manuel Beristáin quería supervivir, lo que provocó que el Órgano de Control Interno arrancara averiguaciones sobre irregularidades evidentes. Luego de seis meses de pesquisas, el Juzgado Décimo Primero de Distrito libró las órdenes de aprehensión en contra del ex delegado de Conagua, y otros dos funcionarios menores, Héctor Augusto Rizo López, ex subdirector de Administración del Agua, y Francisco Javier Revilla Cerrillo, ingeniero de la dependencia. Los dos primeros ya duermen tras las rejas, mientras que Beristáin se encuentra prófugo de la justicia federal y la PGR ya lo boletinó en todas sus delegaciones.

 

 

El Órgano de Control Interno de Conagua pudo probar apenas una de las muchísimas anomalías que se cometieron en seis años, aunque esa bastó para ejercer la acción penal: Beristáin y sus secuaces —Rizo López y Revilla Cerrillo— autorizaron un proceso de “trasmisión de derechos” de un título de concesión para la explotación de un pozo de agua a favor de la empresa Mantenimiento Integral Finsa SA de CV, pero los tres ex funcionarios dolosa e indebidamente omitieron el cobro del pago pendiente de los derechos de explotación del citado pozo, por un monto de 8 millones 912 mil 881 pesos. En otras palabras, “perdonaron” el adeudo.

 

 

Manuel Beristáin es el primer delegado emanado del PAN en ser perseguido por el gobierno federal tricolor, lo que puede indicar un cambio de tendencia en el marcador de la corrupción que, solamente con las tristes figuras de Mario Marín, Alfredo Arango y Javier García Ramírez, han dañado la imagen del tricolor en los procesos electorales de 2010 y 2013, capitalizando el hartazgo de los poblanos por el estilo de vida “precioso”.

 

 

Pero en el PRI no están mancos y vuelven por sus fueros: la detención de Manuel Beristáin necesariamente pasó por el filtro de la Secretaría de Gobernación, donde se autorizó el inicio de las hostilidades para arrancar una estrategia de golpeteo contra el PAN, de tal forma que los candidatos en 2015 puedan contrarrestar los ataques del morenovallismo. En términos futbolísticos, la cancha queda más pareja porque ahora, a ojos de los poblanos, la corrupción no será un patrimonio único del PRI.

 

 

Podrá argumentarse que Manuel Beristáin es un pez chico. Pero en los pasillos de las delegaciones federales se habla de que otro panista, éste sí de gran nivel, ya se prepara a enfrentar a la justifica federal. Se trata de Francisco Fraile, ex delegado del IMSS, quien tiene en puerta varios procedimientos administrativos levantados por el Órgano de Control Interno.

 

 

El ex delegado de la Conagua, según la PGR, se encuentra oficialmente prófugo de la justicia federal y ya ha sido boletinado a sus delegaciones para cumplimentar la orden de aprehensión en el marco del proceso penal 55/2013 del Juzgado Décimo Primero de Distrito. Según la estrategia dictada desde Gobernación federal, su detención es imperativa para que Beristáin “cante” los favorcitos que haya hecho al gobierno estatal y así puedan crear una serie de temas a detonar en próximos procesos electorales.

 

 

Nada más engañoso que la política: aunque en la superficie el agua parece tranquila, por debajo de ella hay remolinos y el caso de Manuel Beistáin puede ser el hilo de hebra que dé nuevas perspectivas a la alicaída imagen del tricolor. Por lo pronto, el PAN en Puebla ya no puede tener un dedo incendiario contra el PRI: uno de los suyos, consejero estatal y municipal, ex diputado federal, es un prófugo de la justicia porque sobre él pesa una orden de aprehensión por sus corruptelas en Conagua.

 

 

Veremos qué nuevo caso de corrupción nos sacude mañana.

 

 

Por aquí y por allá surgen las historias de corrupción. Pasado, presente y futuro, niveles de gobierno, federal y estatal. El viernes hablamos de una que tuvo final feliz cuando el Poder Judicial Federal validó la cancelación de la concesión del Libramiento Norte que Mario Marín le había regalado.

 

 

 

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