Esto implica continuar con un sinfín de problemas de tránsito y de subsistencia de establecimientos comerciales y de los servicios instalados en las calles en donde se construirán.
Tratando de aligerar el impacto de las obras, hay que asimilar el eslogan que reza “las molestias son temporales, los beneficios para siempre”, aunque hay que reconocer que los negocios puestos con micro capitales producto de un gran esfuerzo, difícilmente sobreviven al proceso de una obra de esta envergadura.
Los problemas que enfrentó la población para cruzar las líneas de la 25 y la 31 Oriente-Poniente desde marzo, por fin son superados, pero en otro punto estratégico, al Poniente, comenzará la pesadilla tanto de los habitantes del rumbo como de quienes tienen la necesidad de movilizarse por estas zonas cada día, y que hoy tienen que hacer acopio de ánimo para enfrentar cortes de circulación, embotellamientos, tráfico muy lento, conductores tensos, y observar cómo se consume su gasolina que cada vez está más cara.
Se anuncia que éstas dos obras que trabajarán conjuntamente las administraciones estatal y municipal, estarán listas para febrero, lo que implica que hagamos conciencia que de aquí a febrero, es decir los próximos nueve meses, quienes tienen que cruzar por esos puntos vayan haciendo sus rutas alternas y comiencen a tomar su té de tila o lechuga cada noche y cada mañana para enfrentar todos los problemas.
Las obras definitivamente son muy buenas, vienen a resolver serios problemas en puntos neurálgicos de la ciudad pero, ¡hay Dios!, ¡qué pesadilla enfrentar los 270 días de la construcción!
Muchos indiscutiblemente se quedarán en el camino, sobre todo pequeños negocios.
Algunos podrán reubicarse, y después del segundo mes del próximo año todos ganaremos con nuevas vialidades que permitirán agilizar el paso de cientos de vehículos que hoy, sobre todo en los horarios pico, provocan un verdadero caos y accidentes por la selva de asfalto en la que se convierten.
Por hoy sólo nos resta exigir a las constructoras y sus trabajadores que cumplan con los términos de la duración de la obra y la calidad con la que se ofrecen los dos proyectos.
Hay que reconocer que este tipo de acciones vienen a detonar círculos de la industria de la construcción que mueve a más de 32 sectores y que representan una buena fuente de empleos que están haciendo falta en la ciudad, ya no sólo entre familias que de generación en generación se han dedicado a la albañilería y las especialidades que se mueven alrededor de ésta, sino también entre familias que sin otra oportunidad en el mercado laboral le entran desde chalanes y aseguran su gasto, y en muchos casos, el sustento de docenas de jóvenes que así trabajan para sostener sus estudios.
Si usted observa los famosos alarifes, ya no son sólo los campesinos que dejan sus tierras para venir en busca de una oportunidad, hoy son aquellos que viven en el Infonavit, y multifamiliares con servicios que visten los tenis de moda, portan el corte de cabello con el abundante copete a la Justin Bieber, pantalones de mezclilla y se cubren del sol con el capuchón de sus chamarras deportivas y una cachucha.
¡Bienvenidas las obras!
Y que los responsables nos reporten con oportunidad los cortes de circulación y las vías alternaspara sobrellevar los malos momentos.