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Yo quiero la Puebla del 3er Informe y no la real




Escrito por  Arturo Rueda
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Un estado en el que sus habitantes aman el estilo dictatorial del poder, el recurso al miedo y al amedrentamiento, pero que exhibe la misma capacidad de seducción conforme a las necesidades del momento

Yo también quiero vivir en ese estado que gobierna Moreno Valle.

 

 

Ese con el que dejó con el ojo cuadrado a 22 gobernadores durante su 3er Informe de Gobierno, más cercano de Suecia que de Tombuctú.

 

 

Un estado en el que no existen ni la pobreza ni la inseguridad.

 

 

¡Padrísimo!

 

 

Un lugar en el que los poblanos no piden la satisfacción de necesidades básicas, sino que aplauden rabiosamente las frivolidades como la Ruedota de la Fortuna.

 

 

¡Wow!

 

 

Un estado donde se construyen hospitales públicos de lujo, del nivel del Ángeles y ABC, donde hay una atención cálida y respetuosa de la dignidad humana.

 

 

¡Increíble!

 

 

Un estado en el que la iluminación navideña cuesta lo mismo que el presupuesto anual de la CAIP porque, ¡diablos!, a quién le interesa la transparencia.

 

 

¡Ufff!

 

 

Un gobierno que pavimenta con concreto hidráulico las avenidas principales de la capital, pero que el resto de las calles dan vergüenza, en ruinas, como de un bombardeo en Irak o Afganistán.

 

 

¡Hurra, hurra!

 

 

Un estado que invierte sabiamente sus recursos en trenecitos, cafés, restaurantes y hasta hoteles, para no malgastar los recursos del erario en pisos dignos, subsidios al campo o la atención a las clases populares.

 

 

¡Viva, viva!

 

 

Un estado en donde sus diputados aprobaron la privatización del agua para que los poblanos tengan en qué ocupar los 2.40 pesos que obtuvieron en el aumento al salario mínimo, no vayan a dilapidarlo.

 

 

¡Fresco!

 

 

Ese estado donde se presume una y otra vez la inversión de la planta Audi por mil 300 millones, aunque se trate de la única relevante.

 

 

¡Awesome!

 

 

Un estado que sirve de trampolín a su gobernador, especialmente su erario, para construir sueños presidenciales para que ahora, en Todo México, lo mejor esté por venir.

 

 

¡Cool!

 

 

Un estado en el que se ve cómo la gran mayoría de los recursos se utilizan en la capital para adornarla para el turismo, mientras que al interior se lanzan las migajas.

 

 

¡Ajúa!

 

 

Un estado al que se carga en Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) 9 mil millones de pesos para el embellecimiento cosmético, que se pagarán gustosamente en los próximos 30 años.

 

 

¡Olé!

 

 

Un estado en el que sus habitantes aman el estilo dictatorial del poder, el recurso al miedo y al amedrentamiento, pero que exhibe la misma capacidad de seducción conforme a las necesidades del momento.

 

 

¡Albricias!

 

 

Un estado en el que los anteriores corruptos como Mario Marín, Alfredo Arango y compañía, pueden pasear libremente e invertir los recursos mal habidos que obtuvieron.

 

 

¡Aúpa!

 

 

Un estado en el que no hay tenencia, pero hay fotomulta, que sale 300 veces más caro que el impuesto repudiado.

 

 

¡Aplausos!

 

 

Sí, yo quiero vivir en ese estado que Moreno Valle le enseñó a sus invitados especiales de todo el país.

 

 

Pero qué lástima.

 

 

Yo vivo en la Puebla real.

 

 

No en la de la post-producción.

 

 

 

 

 

 

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