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Lunes, 22 Junio 2015 02:17

Futurismo y tapadismo: el juego de Osorio, Videgaray y… ¿Beltrones?




Written by  Arturo Rueda

Ya con sus tres ases sucesorios, el pueblo mexicano podrá entretenerse los próximos tres años en lo que mejor sabe hacer: mirar al futuro y desatenderse del presente. La práctica del futurismo nos hará seguir con lupa los movimientos, las señales, los símbolos, todo sea para escudriñar al Tapado y los designios del Dedo Divino. Mientras, Peña Nieto disfrutará los siguientes años sin angustias, y con todo el tiempo para tomar decisiones, hacer movimientos, analizar las peleas de Videgaray, Osorio y Beltrones a través de sus alfiles


La sucesión ortodoxa, conducida por un presidente muy ortodoxo, ha vuelto al PRI. “El que se mueve no sale en la foto”, es el mensaje que envía Peña Nieto a los ansiosos por la ola de destapes en el PAN, PRD, Morena y anexas. Si Margarita Zavala, AMLO, Mancera y compañía buscan acelerar el ciclo de la presidencia mexiquense, en Los Pinos hay una fiesta que se proponen disfrutar tras conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados. Una cosa piensan los periodistas y otra cosa piensan los políticos. Y si aquellos insistentemente en sus columnas envían el mensaje de que el Presidente no debe interpretar los resultados de 7 de junio como un aval a su forma de gobernar, Peña Nieto entiende absolutamente lo contrario: si el PRI ganó, es que cuenta con el respaldo social suficiente pese al aciago último año.

 

Sin ser el protagonista de la campaña, y en realidad alejado mediáticamente de ella, Peña Nieto disfruta de la victoria, estabilidad y mayoría que tendrá los siguientes dos años. Gracias a ella, podrá contener las ansias de los miembros de su gabinete que ya se ganaron el boleto de participar en la final, Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. Con su mayoría, también podrá atajar las presiones de los gobernadores, y hasta de su aliado invaluable el PVEM, que en lo futuro también puede convertirse en un riesgo. ¿Alguien ya olvidó que en el 2000 el Verde fue el aliado de Vicente Fox y el PAN para conquistar la Presidencia?

 

El retorno a una sucesión ortodoxa, implica, por supuesto, que ningún aspirante puede robarle protagonismo al Presidente, sino que es éste quien envía los mensajes simbólicos sobre el estado de la carrera. Es el Gran Elector quien abre los caminos, lanza las bolas de humo, e incluso deliberadamente confunde para mantener en secreto al Tapado. Lo que muchos se preguntan es si en 2015, en la era de las redes sociales, puede existir un Tapado que, de un día para otro, se convierta en un candidato competitivo y capaz de superar a las fuerzas opositoras. Muchos lo dudan.

 

Las fuerzas al interior del Revolucionario Institucional han vuelto a invertirse, y si en los dos sexenios de la presidencia panista mandaron los gobernadores del PRI, su fuerza territorial, el próximo candidato a Los Pinos parece que saldrá del gabinete. El primer saldo del 2015 es que los mandatarios estatales quedaron muy disminuidos, específicamente los potencialmente peligrosos. Rodrigo Medina y José Calzada cayeron de la carrera sucesoria al perder las elecciones. Aristóteles Sandoval quedó hecho una piltrafa humana tras la victoria de Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano.

 

Por supuesto, los dos principales tiradores del gabinete son Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray, cada uno con sus méritos y claroscuros. Al día siguiente de confirmarse la mayoría del PRI-PVEM, el imaginario colectivo entronizó al mandamás de Bucareli, responsable de la estrategia electoral y la operación del día “D”. Le cumplió sobradamente al Presidente, y muchos ya lo daban por ganador virtual de la sucesión.

 

En esas estábamos cuando Peña Nieto mandó una bola de humo, y delante de Carlos Slim y muchos empresarios poderosos, atribuyó la victoria del PRI a los logros económicos de su gestión que, necesariamente pasan por la oficina del poderoso secretario de Hacienda. “Mucho lo explica el que la sociedad está advirtiendo y entendiendo los avances que está habiendo en el desarrollo de nuestra economía. Así lo explica el nivel de empleo, la tasa baja en desocupación, el mayor consumo que está habiendo en nuestro mercado interno. ¿En qué se traduce esto? En que la población está teniendo ingresos que les están permitiendo adquirir mayor número de bienes y servicios, que les está rindiendo de mejor manera su ingreso”.

 

Federico Arreola, de SDP Noticias, inmediatamente lo tradujo como un destape a favor de Videgaray, lo que confirma la existencia de dos corredores que todo mundo conoce. Para completar una sucesión ortodoxa, hace falta un tercer corredor, posición que en teoría recaerá en Manlio Fabio Beltrones. En teoría, digo, porque habrá que ver si el Presidente lo ubica en el PRI nacional, en una Secretaría de estado, o si no de plano lo mandan a su casa, opción improbable. Externo al equipo presidencial, Don Beltrones recurrirá a sus mejores y peores artes tanto para posicionarse, como para hacer resbalar a los otros corredores.

 

Y así, ya con sus tres ases, el pueblo mexicano podrá entretenerse los próximos tres años en lo que mejor sabe hacer: mirar al futuro y desatenderse del presente. La práctica del futurismo nos hará seguir con lupa los movimientos, las señales, los símbolos, todo sea para escudriñar al Tapado y los designios del Dedo Divino. Mientras, Peña Nieto disfrutará los siguientes años sin angustias, y con todo el tiempo para tomar decisiones, hacer movimientos, analizar las peleas de Videgaray, Osorio y Beltrones a través de sus alfiles, así como arbitrar sus disputas.

 

No podía ser de otra manera: si en los hechos hemos regresado a 1991, la última vez que el PRI tuvo mayoría en San Lázaro, también las formas de la política han tomado la máquina del tiempo, una vuelta al futurismo y al tapadismo

 

 

 

 

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