En San Sebastián Villanueva perteneciente a Acatzingo fueron localizados dos hombres calcinados, uno de ellos menor de edad, quienes estaban dentro de la cabina de una camioneta que se presume transportaba combustible robado, situación que desató una balacera en donde el saldo fue de dos muertos y un herido. En tanto, en Felipe Ángeles se localizó a un ejecutado, vinculado con este ilícito.
De acuerdo con los primeros reportes, en el paraje conocido como “Llano Grande” fue hallada una camioneta Ford Ranger con placas de circulación SM-33494 del estado de Puebla entre los terrenos de cultivo, cerca de la Carretera Federal Vía Xalapa. Al interior de la unidad se encontraron dos cuerpos completamente calcinados, identificados como Alejandro F. de 16 años de edad y Felipe M. de 24 años de edad, quienes —según versiones de pobladores— se dedicaban a labores del campo.
Tras el reporte del hallazgo por parte de las autoridades, cerca de las 14:00 horas en el centro de San Sebastián Villanueva se registró una balacera presuntamente para vengar la muerte de los jóvenes. En este hecho el saldo fue de dos personas muertas y un herido con arma de fuego. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición aún no se revelaba la identidad de estos últimos.
Cabe destacar que este domingo a las 20:00 horas en la localidad de Santa Úrsula Chiconquiac en Felipe Ángeles, muy cerca de donde se hallaron los cuerpos calcinados, fue reportado un hombre ejecutado y encontrado en el interior de un vehículo vinculado con chupaductos.
Crimen ligado a chupaductos
Ante los hechos ocurridos en una comunidad de Acatzingo, autoridades relacionaron los crímenes con la disputa de plaza de venta y robo de hidrocarburo a ductos de Pemex.
Este municipio pertenece al llamado Triángulo Rojo, zona donde los chupaductos han generado más problemas ante el robo de gasolina registrándose balaceras, incendios, así como la localización de muertos vinculados con este delito.
El crimen más reciente vinculado a esta actividad fue la balacera que se registró en un juego de beisbol, en donde un comando armado interrumpió una final para asesinar a un líder de banda de delincuentes, José Luis Robles Vélez, ultimado con varios impactos y el tiro de gracia. De este hecho el saldo fue de cuatro muertos y más de 15 heridos.