La llegada de Ricardo Urzúa Rivera a la dirigencia estatal del PRI se cayó ante el escándalo que vive la precandidata priista, Blanca Alcalá Ruiz, después de que el empresario y ex diputado federal presuntamente fue el encargado de facilitarle el helicóptero en el que se trasladó al interior del estado y que detonó la crisis de credibilidad de la ex senadora a través de su empresa Servicios Aéreos Milenio.

Fuentes cercanas al PRI revelaron que se suspendió el nombramiento de Ricardo Urzúa como dirigente estatal en lugar de Ana Isabel Allende Cano, luego del impacto mediático que tuvo el helicopterazo de la precandidata en su primer día de precampaña.

Dicho nombramiento estaba programado para este miércoles, sin embargo, esto no sucedió y dejó en suspenso el destino de la dirigencia estatal, posición que hasta el momento sigue ocupando Allende Cano.

Según publicaciones del diario Acento Veintiuno en 2010 que nunca fueron desmentidas, Servicios Aéreos Milenio recibió irregularmente más de 66 millones de dólares en contratos por parte del gobierno poblano entre 2005-2011 e incluso Mario Marín jr. fue incluido como socio, lo que a la postre derivó en una supuesta investigación por parte de la DEA, reveló la periodista Lydia Cacho.

Ocultan al patrocinador

Aunque Blanca Alcalá y su vocera Martha Gutiérrez Manrique se negaron a revelar el nombre del dueño del helicóptero que ocupó la precandidata, fuentes al interior del partido aseguraron que la aeronave pertenece al empresario Ricardo Urzúa.

Dos fotografías y un video que muestran a Blanca Alcalá en el uso de este helicóptero fue lo que detonó la crisis de credibilidad de la precandidata, hecho que fue utilizado por los morenovallistas para golpear la imagen de su rival electoral desde las redes sociales.

El error de Alcalá Ruiz fue criticar al morenovallismo por el uso de aeronaves y autoproclamarse como ciudadana de “a pie”, cuando al día siguiente siguió los mismos pasos y fue exhibida públicamente.