Lunes, 29 de Abril del 2024
Martes, 21 Febrero 2017 01:40

Josefina: el hábito de hacer comparsa al régimen

Josefina: el hábito de hacer comparsa al régimen Escrito Por :   Javier Arellano Ramírez

La obra ya es conocida; la escena apenas la vimos; un sainete tan añejo como los hábitos priistas y sus contubernios con los panistas.


En la memoria de los sexenios recientes quedan los enfebrecidos discursos de Diego Fernández de Cevallos, quien exaltado y desbordado, exigía la incineración de los paquetes electorales de aquella elección de 1988. Durante los años subsecuentes hemos visto al mismo “Jefe” operando, en distintos momentos, en favor del tricolor.

 

Ese sería el antecedente emblemático del actual panismo, siempre proclive a negociar bajo el escritorio de Bucareli o en privados cónclaves en Los Pinos.

 

Durante la elección presidencial de 2012 fue notorio el papel interpretado por la candidata Josefina Vázquez Mota. En medio de una campaña errática, atropellada, desordenada, la abanderada no atinaba a lanzar una embestida congruente, sólida contra su adversario priista. Los mexicanos vimos una campaña con argumentos débiles, frágiles, endebles.

 

Josefina nunca convenció. Protagonizó una campaña desafortunada que colocó a su partido en tercer lugar de la tabla electoral. Después de aquella jornada, la señora se autoexilió a un escenario gris oscuro.

 

En octubre de 2016 su nombre volvió a cobrar notoriedad cuando la organización “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI)” exhibió depósitos del gobierno peñista por un monto total de 900 millones de pesos a “Juntos Podemos”, un membrete propiedad de Vázquez Mota.

 

En los hechos, la virtual candidata del PAN al Estado de México nunca explicó en base a qué proyectos, programas o planes le fueron entregadas esas cantidades estratosféricas. Supuestamente estaban destinadas al apoyo de migrantes mexicanos en los Estados Unidos. Pero nunca se explicó cuál fue el verdadero destino.

 

En los hechos de la política pragmática se sabe que Josefina recibió esa y otras prebendas como pago a su juego de comparsa en la elección presidencial de 2012. La señora sabía perfectamente que jugaba a perder; siempre supo que no tenía posibilidad alguna; abruptamente distanciada del espurio presidente Calderón fue abandonada a su suerte.

 

En ese escenario, la abanderada albiazul sólo vendió caro su amor al imberbe régimen peñista. Tan sólo se ha comprobado, documentado, la entrega de 900 millones de pesos. Pero por supuesto puede haber otras prebendas que aún permanecen en la oscuridad de los arreglos bajo la mesa.

 

Hoy, Josefina Vázquez Mota reaparece en la escena en una entidad en la que no ha realizado labor política en los últimos años; con una estructura electoral inexistente; sin un discurso, ni planteamiento propio de una verdadera contendiente.

 

La señora vuelve a jugar el rol de comparsa del régimen, al que ahora encuentra en una fase de descomposición y desesperación nunca antes visto.

 

Si hace cinco años vendió su amor por 900 millones de pesos hoy fácilmente puede pedir el doble. El Grupo Atlacomulco hará todo lo que sea necesario para sostener la última joya de la otrora corona tricolor.

 

Desde este momento puede asegurarse y confirmarse la derrota electoral de Josefina Vázquez Mota con una demostración elocuente de su debilidad: la candidata lleva al yunquista poblano Eduardo Rivera Pérez como coordinador de campaña.

 

Rivera ni siquiera podría ser coordinador de una campaña en el estado de Puebla, porque no tiene ni el conocimiento ni la experiencia en los municipios y regiones del interior. Todo su oficio y fogueo político se circunscriben a la ciudad de Puebla y nada más.

 

¿Qué conocimiento tiene Rivera Pérez sobre los 125 municipios mexiquenses? ¿Cuál es el acercamiento con sus regiones? ¿Cuál es su conocimiento de las complejas problemáticas?

 

Ninguno.

 

En Puebla Rivera Pérez es un político menor, pero en el Estado de México es un perfecto e ilustre desconocido, cuyo sólo nombramiento es un agravio y ofensa para los panistas mexiquenses.

 

La señora va rumbo a una nueva derrota electoral. Con esto el panismo pierde la gran oportunidad de encabezar una coalición que arrebatara el Estado de México al feudo priista. Se pierde una oportunidad histórica, sólo para complacer los oscuros pactos que se suscribieron en el despacho presidencial.

 

En un grotesco sainete, tanto Ricardo Anaya como Vázquez Mota estarán interpretando el papel de una rupestre oposición que ya se sabe derrotada.

 

Por supuesto, ambos venderán caro, muy caro su amor.

 

Al tiempo.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.

 

 

 

 

 

  

comments powered by Disqus