Solo a alguien como Jorge Estefan Chidiac, con una ironía perversa, se le puede ocurrir invocar a la otrora Barbie tlaxcalteca, hoy convertida en zombie tlaxcalteca. La declaración de que la señora Alcalá podría volver a ser la candidata del tricolor rumbo a la gubernatura de 2018 solo fue recibida como un chiste de mal gusto, una broma desagradable, una mofa mordaz.
Sin embargo, apreciado y generoso lector, tal parece que la única que contempla la sarcástica propuesta es la misma Blanca. Tal vez por eso en días pasados hizo su reaparición pública entregando sus frívolas y banales propuestas al gobernador Tony Gali Fayad.
Durante meses la Senadora se mantuvo en completo silencio, no declaraba, no aparecía, no hablaba, casi no respiraba, todo para pasar desaparecida en su limbo legislativo. Pero hace días la malograda candidata dejo eso atrás; se reunió con algunos columnistas donde hizo sus ejercicios de catarsis y luego acudió a la reunión que el magnánimo ejecutivo consintió en otorgarle.
Tal vez ahí dentro de los papeles que llevó a la cita estaba esa revolucionaria campaña en la que invitaba a los ciudadanos a no tirar chicles en las calles de Puebla. No debe olvidarse que dicho exhorto fue el eje central de su política mediática durante los tres años de su paso por el Charlie Hall.
Como oportunamente lo documentó DIARIO CAMBIO la crítica no fue favorable a la señora Alcalá luego de su visita a Gali Fayad. En realidad la priista siempre gozó del repudio popular, pero que ahora expresa sin moderaciones en las redes sociales.
Los poblanos nunca van a olvidar la casa blanca de Blanca, las gasolineras, el edificio, los prestanombres; pero por encima de todo jamás olvidarán la frivolidad de una política que no tiene ideas, ni propuestas, ni iniciativas reales. La señora siempre fue una ocurrencia sexenal; así brincó de administración en administración, hasta que tuvo la oportunidad de contender por la presidencia municipal de Puebla. Pero ese: su mayor triunfo político fue a su vez, la mayor tragedia, porque en ese cargo evidenció su falta de luces, su incapacidad para generar políticas sociales y de desarrollo municipal, su ya legendaria ambivalencia discursiva.
Alcalá de ninguna manera salió fortalecida de la presidencia municipal; al contrario, los poblanos ya la conocían perfectamente y por ende no volverían a darle el voto popular.
Hoy su nombre reaparece en un burlón y malicioso desdén de Jorge Estefan. Pero ya nadie puede creer en semejante disparate. A estas alturas invocar a Blanca Alcalá es como anunciar la película “El Santo contra la zombie tlaxcalteca”.
En Cúpula somos unos devotos de citarnos a nosotros mismos. Por eso en esta ocasión nos permitimos sugerir al generoso lector una visita a la hemeroteca de DIARIO CAMBIO para releer aquella entrega intitulada “Las tres muertes de Blanca Alcalá” publicada el martes 31 de mayo de 2016. Esta es la liga.-
http://www.diariocambio.com.mx/2016/opinion/cupula/item/14168-las-tres-muertes-de-blanca-alcala
En aquella ocasión apuntamos que la señora se enfrentaría a tres decesos; el primero político, el segundo social y finalmente el tercero.
Hasta este momento no nos hemos equivocado.
Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.