—Estoy absolutamente convencido de Rafael tan sólo asentirá, eso sí, debemos entregarle a medias Puebla y su anhelado fuero. 

—Ricardo, por eso te dicen el cerillo, y esto te aclaro, no es ningún halago.

—Despreocúpate Dante, las piezas ya están en el tablero y tú eres un buen alfil. Cumple tu trabajo. 

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El joven Ricardo Anaya, el viejo joven por sus desafortunadas prácticas, sus ridículas justificaciones y sus muy preocupantes traiciones. Ahora ese joven queretano es el candidato a la Presidencia de un Frente que a todas luces es la reunión de los traidores. Un Frente digno de algún nuevo círculo infernal de Dante —paradójico que así se llame uno de los líderes de éste— que puede reunir los siete pecados capitales, y con varios Judas en la espalda.

A colación viene a mi mente la obra notable de Maurice Joly ‘Diálogos en el infierno’ y es que el gran Montesquieu junto al perverso Maquiavelo sostienen un debate sobre las leyes, la ética y moral dignas —o acaso indignas— de un príncipe. 

Anaya, al ser un tipo preparado seguramente leyó este libro y le aprendió más a Maquiavelo que al propio creador del espíritu de las leyes. Anaya, hoy comprueba que su capacidad de traición reside esencialmente en lo burdo, en lo absurdo y en ocasiones en el infortunio. 

Una de sus mayores víctimas es hoy por hoy un gran traidor: RMV. Y es que poco a poco se empiezan a dilucidar los acuerdos que Anaya tiene que cumplir con el ex gobernador, algunos dicen que la candidatura en Puebla ya se decidió por Martha Erika Alonso, otros más aseguran que el ex gobernador será coordinador de asesores en el Senado. La duda retuerce los bigotes de muchos opinólogos y es que acaso será capaz nuestro célebre traidor de confiar nuevamente en el traidor de todos los traidores. Será acaso que Anaya tenga posibilidades ante un López Obrador populista con aires de redentor que no baja de las encuestas o ante un José Antonio Meade francamente preparado y brillante que cada día se gana más al electorado mexicano y al voto switcher. Lo cierto es que si RMV es verdaderamente astuto –eso jamás se ha dudado– tomará sus debidas providencias ante un pequeño cerillo que hoy por hoy es uno de los actores más perversos de esta jornada electoral. 

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¿Dónde está la estrategia para que el PRI gane la elección y pueda cumplir el sueño del grupo Atlacomulco? Reza un gran tema de Fito Páez: “Al lado del camino es más entretenido y más barato”. El estribillo parece ser que ya se lo han cantado al secretario de gobernación. Al tiempo.