Casi brillante, el abogado Abelardo Cuéllar le da al clavo en la decepcionante resolución de la candidatura de Morena en favor de Luis Miguel Barbosa: las bases fallaron en darse a conocer ante los poblanos, y por ello el ex perredista les ganó en la encuesta convocada por el partido.

 

El sondeo ordenado por el Consejo Nacional de Morena es una entelequia: ¿qué competitividad puede medirse si el ganador, Barbosa, apenas obtuvo 27 puntos de conocimiento y 2 por ciento de intención de voto? Su posicionamiento es inexistente y su única competitividad proviene del impulso de AMLO.

 

Que solo uno de cada cuatro poblanos te conozca cuando has dedicado toda tu vida a la política es lamentable, y aun así el ex perredista ganó. Pero los tres enviados por el Consejo Estatal de Morena estuvieron peor, aunque de alguna forma es entendible.

 

Cuéllar, brillante abogado laboralista y con presencia en asuntos sindicales de varias empresas, apenas sobrepasó los 10 puntos. El activista Alonso Aco Cortés se entiende que con trabajos llegara a los 5 puntos pues su zona de influencia es la Sierra Norte y Negra. Pero el ridiculazo del año lo hizo el sobrino inútil de Bartlett, Rodrigo Abdala quien obtuvo la friolera de… 1.7 por ciento de conocimiento.

 

¡Ni Lastiri anda tan jodido!

 

El aspirante a Mirrey de la Izquierda la tuvo y la dejó ir. Durante dos años ostentó el nombramiento de Promotor de la Soberanía Nacional en Puebla por encargo directo de López Obrador. Pero su inmadurez personal lo llevó a darse un disparo en el pie cuando en el mitin de la Plaza de la Democracia organizó la rechifla contra José Juan Espinosa y Fernando Manzanilla, a quienes veía como sus rivales.

 

Ese día, el tabasqueño entendió que Abdala nunca iba a crecer y comenzó a buscar opciones. Luis Miguel Barbosa prestó un servicio inestimable al destripar al PRD en el Senado. Luego, el académico Enrique Cárdenas le fue acercado por Alfonso Romo, Hugo Scherer y otro personaje.

 

Si alguien perdió la candidatura por bisoño pese a tener todo a su favor fue Abdala, a quien sus modos extraviados ya lo habían hecho perder en 2016, y ni así aprendió.

 

Luis Miguel Barbosa no levanta expectativas de triunfo afuera de Morena. Pero dentro ya hay una primer preocupación: cómo evitar que se adueñe del partido, como lo hizo del Sol Azteca en el que fue coleccionando dirigentes a modo mientras él ejercía de titiritero y se beneficiaba de las negociaciones.

 

Con su lógica priista, la primera respuesta de Barbosa fue ofrecer chambas y candidaturas a las bases que lo repudian. Pero por lo menos con Cuéllar no funcionó y tampoco con Alonso Aco, quien anunció que volverá a su activismo en la sierra. Cárdenas se fue dando el portazo y haciendo pataleta.

 

¿Quiénes van a hacer campaña con Barbosa? Pues sus antiguos aliados perredistas. En primera fila ya se formó Eric Cotoñete, en la caja de bateo está Socorro y ya se mueve a Morena toda la lacra que durante años operó en el Sol Azteca. Si el senador logra imponerse a las bases, se va a apoderar de Morena hasta convertirlo en lo que hizo del PRD poblano: un partido mendigante y negociador con el poder.

 

La conclusión de este razonamiento es que, para preservar a Morena como un partido diferente, Luis Miguel Barbosa debe perder. Así que va a estar difícil que las bases lo acompañen, por más candidaturas que quieran entregarles.

 

**** Aunque lo negaron mucho. Tras constatar el poco interés en Puebla por defender el Tratado de Libre Comercio y la insistencia de que no pasa nada si se rompe, Volkswagen prefirió armar su Frente de defensa... en Estados Unidos. En alianza con  otras automotrices pretenden influir allá, donde está la decisión de salirse, quedarse, o modificar las reglas de origen con perjuicios transnacionales.

 

Mientras, aquí hacen campaña por una diputación local.