Los expertos en movilidad, Felipe Targa y Martha Lucía Gutiérrez coincidieron en que la implementación de los botones de pánico que pretende efectuar el gobierno estatal y municipal en la ciudad de Puebla en las unidades del transporte público como parte de una estrategia para reducir los asaltos, es buena; aseguraron que cuando las personas se sienten observadas, cambian sus actitudes.
En entrevista tras participar en una ponencia en el Smart City, Targa quien es especialista en transporte urbano de World Bank, consideró que la iniciativa del Gobierno del Estado que encabeza Antonio Gali Fayad y del alcalde, Luis Banck Serrato es factible y no sólo beneficiará para reducir el robo, sino el acoso sexual en los camiones.
“Claramente lo que ha funcionado es que la sociedad no sea indiferente, que se comprometa no sólo con los robos, sino con la violencia de género”, comentó.
Puso como ejemplo que en la Ciudad de México se implementó un piloto llamado ‘Hazme el paro’ en algunas rutas del transporte público que consiste en que el gobierno otorgó a los transportistas proveer el WiFi en las unidades para que los dueños desarrollaran una aplicación donde podían hacer una denuncia. Aseguró que la campaña fue financiada con recursos del banco y de otras organizaciones no gubernamentales locales.
En el caso de Puebla, consideró que este tema debe ser visto como un problema de políticas públicas, en el que se defina el financiamiento del equipo y operación, esto debe ser sumado a la coordinación que hay con la policía y la participación de la ciudadanía.
Tecnología en camiones reduce accidentes e inseguridad
Sobre el mismo tema, Martha Lucia Gutiérrez, secretaria general de la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados para la Movilidad, aseguró que la presencia de cámaras de videovigilancia modifica el comportamiento de las personas dentro de los autobuses, además de considerar que hace falta más tecnología para reducir los delitos.
“En el caso de la flota mejor dotada con tecnología tú puedes reducir los índices de accidentes ubicando cámaras dentro de los buses, estableciendo controles de sensores de peso dentro de la flota (…) cuando la gente siente que hay un ojo mirándola cambia inmediatamente su comportamiento, hay un tema de presión social con el uso de las cámaras”, mencionó.