Un hombre con vestimenta negra tipo militar y con un fusil de asalto abrió fuego contra “gente indefensa” dentro de un templo bautista en una pequeña comunidad del sur de Texas, donde mató a 26 personas e hirió a por lo menos otras 20, informaron las autoridades. Las edades de las víctimas fatales van de los 5 a los 72 años.
Una vez que comenzó la balacera el domingo por la tarde en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs prácticamente los feligreses “no tuvieron” forma de escapar, dijo Joe D. Tackitt Jr., jefe de policía en el condado Wilson.
“El atacante simplemente caminó por el pasillo central, se dio vuelta y entiendo que iba disparando mientras iba de salida”, dijo Tackitt, quien comentó que la escena fue “terrible”. “Es increíble ver a niños, hombres y mujeres, ahí tenidos. Gente indefensa”.
Este lunes, el jefe policial dijo a CNN que los familiares de la exesposa del agresor acudían a los servicios en la iglesia “de vez en cuando”, pero el domingo no estuvieron allí.
Las autoridades no revelaron el nombre del agresor durante una conferencia de prensa del domingo, pero otros dos funcionarios –uno federal y otro policiaco– lo identificaron como Devin Kelley. Ambos hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato debido a que no tenían autorización para hablar de la investigación.
El funcionario federal reveló que Kelley vivía en un suburbio de San Antonio y que no parecía estar vinculado a grupos terroristas. Agregó que los investigadores revisan las publicaciones de Kelley en las redes sociales días antes del ataque, incluso una en que parecía mostrar un fusil semiautomático tipo AR-15.
Una vocera de la Fuerza Aérea dijo el domingo que Kelley fue dado de baja del servicio por mala conducta, ante acusaciones de que agredió a su esposa e hijo y fue sentenciado a 12 meses de cárcel tras un juicio militar en el 2012. Kelley prestó servicio en el área de Preparación Logística en la Base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México de 2010 hasta su licencia, dijo la vocera de la fuerza Ann Stefanek.
El presidente Donald Trump, quien se encuentra de gira por Asia, lamentó el incidente y lo calificó de un “problema de salud mental al más alto nivel”. Aseguró que el agresor “era un hombre sumamente desquiciado”.
También dijo que fue “un acto de maldad… en un sagrado templo religioso”. Prometió la asistencia del gobierno federal y dijo que en momentos de luto “los estadounidenses haremos lo que mejor hacemos: nos unimos, nos damos las manos, nos juntamos de brazos y a pesar de las lágrimas y la tristeza, seguiremos erguidos”.
Ignoró las preguntas de los periodistas sobre la necesidad de imponer mejores restricciones a la tenencia de armas.
En conferencia de prensa, el agresor fue descrito como un hombre de raza blanca de veintitantos años que llegó totalmente vestido de negro, con uniforme táctico y un chaleco antibalas, a una gasolinera frente al templo, alrededor de las 11:20 de la mañana.
El hombre estacionó su vehículo en la gasolinera antes de cruzar la calle, para luego empezar a disparar un fusil Ruger AR hacia el inmueble y siguió disparando tras ingresar al recinto, señaló Freeman Martin, el director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Cuando abandonaba el lugar, el agresor fue confrontado por un civil armado, quien lo persiguió. Poco tiempo después, el sospechoso fue encontrado muerto en los límites del condado dentro de su vehículo, en cuyo interior había varias armas.
Martin añadió que los investigadores no están listos para discutir un posible móvil del ataque, pero informó que 23 de las víctimas fueron encontradas dentro de la iglesia, dos más en el exterior y una persona falleció después de ser trasladada al hospital.
Durante la rueda de prensa, el gobernador Greg Abbott dijo que el ataque es el peor en la historia de Texas.
“No hay palabras para describir la maldad pura que atestiguamos hoy en Sutherland Springs”, manifestó Abbott. “Sentimos un gran pesar ante la angustia en este pequeño pueblo, pero en épocas de tragedia, surge lo mejor de Texas”.
Después del tiroteo, agentes federales se dirigieron a la pequeña Sutherland Springs, ubicada a unos 48 kilómetros (30 millas) al sureste de San Antonio a fin de ofrecer ayuda.
Entre los fallecidos se encuentra Annabelle Pomeroy, la hija de 14 años del pastor Frank Pomeroy. Él y su esposa no estaban en la iglesia en ese momento.
Los heridos fueron trasladados a hospitales. Un video de la televisora KSAT mostró al personal de emergencia cargando una camilla afuera de la iglesia y a la espera de un helicóptero. Ocho de las víctimas fueron trasladadas vía aérea hacia el Centro Médico Brooke Army, informó el hospital militar.
Megan Posey, portavoz del Centro Médico Connally Memorial, informó que “múltiples” víctimas recibían atención por heridas de bala. Aunque se negó a proporcionar una cifra en específico, declaró que eran menos de una decena.
Alena Berlanga, una residente de Floresville que seguía la situación a través de un scanner de las frecuencias de la policía y en grupos comunitarios de Facebook, dijo que todos se conocen en el condado, que tiene apenas unos cuantos cientos de residentes.
“Esto es horrendo para nuestra pequeña y unida ciudad”, dijo Berlanga. “Todos resultarán afectados y todos conocen a alguien que fue afectado”, subrayó.
Fuente: Noticieros Televisa