Sí fue mi voz, pero no era mi voz: Marín


El tiempo nos dio la razón, dice el gobernador tras recordar su famosa frase


El mandatario llamó a una nueva relación con los medios de comunicación y con las distintas fuerzas políticas, asegurando que no es un “hombre de rencores”, pero acusó al PAN de querer confundir a los ciudadanos por solicitar el juicio político en su contra


Efraín Núñez Calderón

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Para el gobernador Mario Marín está claro: “Sí es mi voz pero no es mi voz (…) el tiempo nos dio la razón”. Así lo reflexionó al ser exonerado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), respecto de cualquier responsabilidad en el escándalo que lleva su nombre desde el 14 de febrero de 2006.


El mandatario reveló que planea retirarse de la vida política y dedicarse a su notaría pública una vez que termine su sexenio. Asimismo, llamó a una nueva correlación de las fuerzas políticas representadas en el estado.


En rueda de prensa, celebrada en el salón de gobernadores un día después de la deliberación final del pleno de la Corte sobre el caso Marín-Cacho, el gobernador Mario Marín festejó la resolución y aunque en un primer momento rechazó haber llevado a cabo la célebre conversación con el empresario Kamel Nacif, insistió en que hay tramos de esa grabación —no la validada como prueba por los ministros— en la que reconoce su voz:


“La Corte lo ha determinado porque así lo dice el articulo 16: Que toda grabación, toda intervención telefónica no produce prueba alguna. La ley señala que debe sancionarse a quien cometa este tipo de prácticas.

 

Decía que esa grabación estaba editada, que yo reconocí mi voz en algunos fragmentos, pero no en su total contenido y el tiempo nos dio la razón, la razón jurídica (…) Mandamos a hacer un estudio con peritos especializados en Estados Unidos y emitieron un dictamen que decía que la grabación estaba editada, truqueada, compuesta, arreglada.

 

La PGR determinó lo mismo. Si esto tuviera algún valor, no acepté nunca porque no fue la conversación así como se presentó a los medios (sic), una conversación que yo no hice. Había fragmentos, por eso la idea de que ‘sí es mi voz, pero no es mi voz’ fue la verdad. Había fragmentos donde sí acepté y otros donde lo negué y el tiempo nos dio la razón”, indicó.


Al preguntarle cuál será su futuro político después del affair y una vez que termine su periodo como gobernador, Marín Torres confesó que por el momento ha pensado hacerse cargo de su notaría pública, la cual se encuentra cerrada en estos momentos:


“Dije que iba a gobernar durante todo mi periodo y eso es lo que me tiene entretenido, así lo haré hasta el último día. Ya el tiempo dirá, también soy notario, actualmente la tengo cerrada porque así lo creí pertinente. Lo que puedo adelantar desde ahora es que mi profesión de abogado, notario y actuario será la que me lleve, es lo que por el momento pienso. Pero faltan tres años y haré mi mayor empeño de cumplirle a los poblanos”, manifestó.


Mario Marín rompió el silencio de meses sin hablar a profundidad de este tema. Entre otras cosas, le reprochó a la prensa, sobretodo nacional, por el trato que se le dio al escándalo y por no dejar que el asunto primero se dirimiera en la Corte.


En ese sentido, minimizó que cuatro ministros, Juan Silva Meza —quien investigó el caso—, Genaro Góngora Pimentel, José de Jesús Gudiño Pelayo y José Ramón Cossío Díaz, hayan votado en su contra, pues en su opinión lo que importó fue el voto de las mayorías:


—Si bien es cierto que lo exoneran de cualquier responsabilidad en el asunto, los ministros señalaron que sí hubo violación a las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho. ¿Sancionará a algún funcionario por estos actos?
—Al final la Corte determinó que no hay violaciones graves y que no hay responsabilidad del gobernador, ni de ninguna de las personas que intervinieron en el traslado de la periodista de Quintana Roo a Puebla. Están pendientes otras instancias (…) Acataremos las determinaciones de las instancias y si en alguna se determina alguna responsabilidad de alguien, actuaremos en consecuencia. Antes no porque no puedo juzgar lo ya juzgado por la Corte. Si de toda esa investigación se determinó que no hay responsabilidad de parte de algunos de los empleados que intervinieron, yo no tengo por qué juzgar a nadie —apuntó.


Aunque el mandatario llamó a una nueva relación con los medios de comunicación y con las distintas fuerzas políticas, asegurando que no es un “hombre de rencores”, acusó al PAN de querer confundir a la audiencia por solicitar el juicio político en su contra:


“El PAN está buscando confundir a la ciudadanía. Ellos están en su derecho de seguir insistiendo en el tema —juicio político—. Los ciudadanos ya no quieren seguir en este tema porque perjudica al estado, no sé hasta dónde los poblanos puedan recibir con agrado esas noticias. Mejor hay que sumarnos. Platicaré con los diputados de todos los partidos para trabajar en una agenda común. Habrá puertas abiertas al diálogo con todas las organizaciones y todos los grupos (…) A pesar de la propaganda sucia de Acción Nacional, los poblanos decidieron refrendar su voto al PRI. Si los poblanos estuvieran en la agenda de los medios nacionales, hubieran optado por otro partido”.


Con relación a la prensa, dijo que está dispuesto a un diálogo serio, franco, honesto y de ética. En ese sentido, aseveró que no es recomendable la “entrevista de banqueta”, por lo que propiciará una estrategia para mantener un diálogo constante con los representantes de los medios de comunicación:
“Estamos en la mejor disposición de reiniciar la comunicación con los medios locales y nacionales. Convencido de la importancia de su labor para informar sobre los temas del gobierno. Espero y deseo que así sea, diálogo serio, franco, honesto, de ética. Entiendo su trabajo, su función es la de informar. Ese tema cuando estaba en investigación ahí teníamos que dejarlo. Hoy me abro nuevamente a sus medios (…) Lo hago de manera respetuosa. No tengo animadversión contra nadie, no soy una persona de rencores”.

 

“Lydia Cacho, delincuente”


En otro orden, el mandatario insistió en sugerir que la escritora del libro Los Demonios del Edén es una delincuente. Incluso señaló que no lo dice él como mandatario, sino las leyes con relación al delito de difamación y calumnias:


“Así lo dice la doctrina en todas las partes del mundo. Quien comete un delito se llama delincuente. Un gobierno y un gobernador está obligado a acatar y a cumplir la ley. A no tener exclusiones ni privilegios para nadie. Independientemente de la periodista, nosotros estamos obligados a que quien cometa un delito, iniciarle un procedimiento, y al final a esa persona se le denomina delincuente”, apuntó.


Asimismo, ironizó que según la reformas en el código penal del Distrito Federal, Lydia Cacho “no es una delincuente” en la capital del país, pues se derogó este delito: “ya vimos que ya no es delincuente porque desapareció ese delito. Nosotros en el marco de nuestras actuaciones, los tribunales actuamos conforme a la ley y así quedó determinado en la Corte (sic), que no hay responsabilidad de algún funcionario, empleado, de la PGJ, ni del gobernador”

 

“No pacté con Calderón”


De igual forma, Mario Marín aseveró no haber pactado con el presidente Felipe Calderón para ser exonerado por la Corte a cambio de apoyar las reformas propuestas por el Gobierno federal. Sin embargo, reconoció que existe una relación respetuosa, institucional y de colaboración plena con la administración calderonista:


“No podemos llegar a acuerdos con nadie cuando se trata del cumplimiento de la ley. Es absurdo pensar que pueda haber un acuerdo con el presidente. Así se dijo en la elección. Unos decían que el PRI iba a perder porque se iba a favorecer en el asunto personal. Ningún gobernador puede manipular a la ciudadanía, a la voluntad popular. Es absurdo pensar que puedo manipular a la Corte. No hay arreglo con Calderón, sí hay una buena relación”.


Asimismo, aseveró que la única forma de limpiar su imagen es a través del trabajo, incluso, desestimó que su reputación haya sido afectada al interior del estado:

 

“Los poblanos tienen un juicio muy propio, muy real de las cosas, han sabido distinguir este tema. Cuando salgo a los diferentes lugares del estado, me encuentro a la gente unida en torno al trabajo y al esfuerzo con otra agenda. La agenda que se hizo en la ciudad de México es diferente a la de los poblanos.

 

Los poblanos quieren progresar, trabajar, saber de buenas noticias. A pesar de este efecto mediático no se truncó el desarrollo de Puebla ni la confianza de los ciudadanos en el gobernador”, aseveró.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 
 
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