Crónica distante del 18


La III convención del pejismo


Ultima Parte


Jesús A. Castañeda Montes

 

Traigo mi par de pistolas
Para salirme a pasear…
La rielera

 


III

De regreso con los “progresistas”…

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“Contra el alza a los precios, en defensa del petróleo”, ésta es la leyenda del escenario para la CND III. Y al entrar por Madero la voz de Jesusa Rodríguez es audible, y dice que el Zócalo está lleno, que por Pino Suárez, que por 16 de septiembre. Esto no es así.


Para empezar, aunque esto casi termina, el Zócalo está ocupado parcialmente (casi al 50 por ciento de la plancha) por unas gradas o algo así, que anoche, cuando vine a avisarle al Zócalo que tenía que resistir una vez más, me dijeron que era una pista de hielo, y un barrendero de la ciudad comentaba que era “museo”. Quién sabe qué será, pero es el gobierno de la ciudad el que puso esto. Sea lo que sea, a mí se me hace que Marcelo Ebrad ya le está diciendo a López Obrador: “¡Aquí ya no, cabrón!”


De los cuatro cuadriláteros históricos en los cuales dividía otrora la cruz lopezobradorista a la plancha, ya sólo están disponibles dos, y lleno sólo uno. Hay pantallas en Madero, Pino Suárez y 20 de noviembre, y cierta concentración en torno a ellas.


Aproximadamente veinte minutos después de las once, arribó por 20 de noviembre el “Presidente legítimo”. Jesusa informó, pero también presentó a varios personajes y… aquí, en esta plaza y de cara a la patria (lópezobradorista), ella hizo un reconocimiento al machismo, a la misoginia: llamó a Gerardo Fernández Noroña “gran dirigente de la Resistencia”.


Cuando Rafael Hernández, de la CND, tomó el micrófono no se le ocurrió nada más que empezar diciendo: “Es un honor estar con Obrador”. De perdida hubiese hecho, no sé, ¿la versión remix?


La presidencia de la CND III recayó en David Cervantes, y la secretaria en Chaneca Maldonado. Del orden del día, lo grueso estuvo en las propuestas programáticas que serían puestas a consideración de la asamblea, y el Primer Informe Presidencial (quién sabe qué era lo de marzo de 2007).


El punto serio de esto, y no por Amlo y/o la CND, sino por la oradora, fue el texto que leyó la maestra Ifigenia Martínez. Pidió atención por tratarse de un tema delicado: la defensa del petróleo. Con el conocimiento, la experiencia y la trayectoria que la respalda, se remontó a 1938 y la expropiación petrolera, para llegar a 1976 y la incrustación de el grupo SPP –aunque no lo llamó así-, el de Carlos Salinas de Gortari y José Córdova, en el gobierno de López Portillo.


Exportación de crudo, industrialización (o nula industrialización), despilfarro, fraccionamiento de Pemex por parte del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, Piridegas, fueron algunos de los rubros que mencionó Ifigenia Martínez. Antes de ella, una ama de casa habló sobre la carestía, y después un diputado federal tocó el tema de la industria eléctrica. Y un orador de la Montaña de Guerrero habló en defensa del maíz.


Cuando la senadora Rosario Ibarra de Piedra tomó el micrófono para hablar en el rubro de derechos humanos, dijo algo así como que no iba a leer o leería poco, como que su discurso iba a ser más bien platicado, y es que señaló que “prefería vernos las caras”.


¿Así nos llevamos?
Pues parece que sí, y no me refiero al lapsus que tuvo la senadora hacia los presentes, sino al “pleito” entre Catedral y la Resistencia. Se armó un sainete, mucho ruido pero diferente al del 15 de septiembre, aunque esta vez también hubo campanadas y gritos.


Resulta que al iniciar la senadora su discurso, empezaron a tocar las campanas de Catedral intermitentemente. La voz de la senadora, a pesar de su timbre y del micrófono, no se escuchaba. Los delegados o asambleístas corearon: “¡Culeeeeeros!” Pero la senadora no se detuvo y se fue de largo. Las campanadas seguía, y ahora el grito unánime fue: “¡Pederastas, pederastas, pederastas!” Unos asambleístas o delegados le hacían señas con sus manos a la senadora, pero no eran obscenas: le decían que moción, que esperara.


Ella traía viada, y parecía que las campanas de Catedral también.
Terminaron casi en paralelo, pero según supimos después, las cosas no terminaron aquí: lópezobradoristas entraron a Catedral. Amén.


Después de la senadora Rosario Ibarra, otra senadora habló sobre Tabasco.
El actor Jorge Zárate puso a consideración de la asamblea las propuestas programáticas, mismas que fueron aprobadas por unanimidad. También se aprobó unánimemente la propuesta de fecha para la CND IV (¿por qué mejor no usamos números arábigos, porque si seguimos con los romanos…?). La próxima cita es el 18 de marzo de 2008.


Carestía, petróleo, electricidad, derechos humanos, maíz, Tabasco y Chiapas, todo está muy bien, pero hay cosas más importantes: ¡los videos! El actor Jorge Zárate dijo, micrófono en mano, que no compráramos el DVD pirata del documental “Fraude”, que el mismo -original- saldrá después, y concluyó: “¡Vayan al cine!”


Y sí, si no pueden comprar el pirata, no por dinero sino por principios, vayan al cine. Vayan al cine para que vean el documental y entonces se pregunten qué caso tiene venir a votar aquí por resolutivos que tengan que ver con, por ejemplo, carestía, petróleo, electricidad, derechos humanos, maíz, Tabasco y Chiapas, si finalmente aquí quien decide es Andrés Manuel López Obrador, voten en el sentido que voten. En el video lo verán, lo escucharán: “Yo dije que no”.


Y la diferencia se hizo hasta en la presentación, porque cuando los demás oradores tomaban el micrófono, invariablemente se decía: “Para el desahogo del punto x, y o z… tiene la palabra”. Así. Pero cuando presentaron a López Obrador, ya no hablaron de desahogo. Quién sabe por qué.


Como el primer cuadrilátero tiene una densidad significativa, aquí sí medio nos ahogamos. Si nadie quiere, yo sí me “desahogo”, doy la espalda a la CND 3 (hay que empezar desde ya), y me voy retirando sin dejar de escuchar. Hay gente que no sólo no se retira, sino que ya se quedaron como autistas –al ver a López Obrador-, lo que nos comentaba alguien en la CND 2.


“El presidente espurio ha venido pagando favores y facturas a quienes le ayudaron a cometer el fraude electoral y lo impusieron.” Al inicio de su discurso sí se refirió al “espurio”, a quien ya no llamó “pelele”. ¿Vuelve a ser el López Obrador atormentado por los “insultos en las plazas públicas”? Sin embargo, lo más significativo en este “cambio” es otra cosa: se olvidó parcialmente del “espurio”.


Aunque el tema de la CND 3 era la defensa del petróleo, y era obvio que él hablaría al respecto, prácticamente no habló de nada más. Casi, porque sí un poco de los “potentados” (pero sin ese nombre), de sus recorridos por los municipios del país (pero sin aclararnos si le sigue informando al respecto al doctor Ernesto Zedillo), Tabasco y algo más. Pero el petróleo se llevó la tarde. O más bien… Todo giró en torno al 18 de marzo: “Lo que más ambicionan: apoderarse del petróleo, que es propiedad del pueblo y de la nación”.


Les dejo, momentáneamente, esa fecha y yo busco otras. En 16 de septiembre, ya con algo de distancia de por medio, agarro más pero en otra dirección: brinco y noto poca presencia en esta esquina. En 20 de noviembre sí hay más personas en torno a la pantalla que ahí se encuentra. Entonces camino hacia 5 de mayo.


“Aquí quiero destacar la actitud consecuente del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubon.” En el trayecto pasaron dos cosas. Bueno, tres. Una, López Obrador dijo lo anterior. Dos, al escuchar esto, quien sabe por qué, recordé a la mujer obesa del metro que parecía amortiguador. Tres, volví al documental de Mandoki.


En el mentado documental (¿?), López Obrador habla de bancos, pero no sólo del de Roberto Hernández, sino también de los que autorizó Vicente Fox antes de concluir su sexenio. Sin embargo, más allá de esos bancos, López Obrador no mencionó lo de otro banco que está aquí.


Compré dinero, sí. En una casa de cambio ambulante me vendieron pejos del
Banco de la Convención.


- ¿A cuánto?
- A dos pesos cada billete- me contestó el cajero y cada billete era de 5 pejos.
Yo me quedé pensativo, o intrigado por saber cuál era el tipo de cambio entre pesos y pejos. No me quedó de otra que jugármela, porque el tipo que fungía como cajero difícilmente me iba a decir el tipo de cambio si acaso su moneda (o billete) está devaluada frente a nuestros devaluados pesos. Pero también era probable que no supiera nada de tipos de cambios, devaluaciones, pagos de facturas y todo lo demás (es decir, de todo); entonces me dije: es un tonto, seré más listo que él.
Como estaba indeciso y callado, yo creo que se desesperó y me lanzó la oferta.
- Es uno por dos pesos o cinco por diez- me dijo en labor de convencimiento.
- Está bien- le contesté.
Me fui convencido de su tontería, ¡ofrecerme cinco billetes por diez pesos, cuando uno solo era a dos pesos! ¡Qué bárbaro, cómo puede haber gente tan tonta!


El billete, como toda confección lópezobradorista, no tiene nada original y es verde (¿como dólar o como el lópezobradorismo?). El héroe, el único héroe que viene en el billete, claro, es el “Presidente legítimo”.

 

Pero… la fecha no cuadra (y haciendo cuentas, si cada billete costaba dos pesos, sumando inteligentemente cinco tenemos que éstos dan un total de… diez pesos): 22 de julio de 1970 es la fecha de expedición. No entiendo. ¿Qué tiene que ver el 22 de julio con el lópezobradorismo y la CND? ¿Y 1970, si por ese año el que llegó a ser presidente fue el demente senil, Luis Echeverría Álvarez?


En la parte reversa del billete viene una imagen de una tumultuosa concentración en el Zócalo, que no sé a qué marcha histórica se refiere (así que no los remito a ninguna “crónica espuria” de las anteriores). Aunque con eso de las fechas, ¿no será el cierre de campaña de Luis Echeverría Álvarez? Es probable.
¡Bingo! Otra vez la letra chiquita, por enfrente y por atrás, dice: American Bank Note Company. ¿Alguna conexión zedillista? A saber.


Entonces ya me quedé cerca de la entrada por Madero, en medio de la pantalla y mirando una cartulina que anunciaba un nuevo partido: Partido Obradorista Mexicano (¿el POMO?), que afirmaba que el PRD no era ya un partido de oposición. Me sumo, no al POMO sino a la demanda de que el PRD se convierta en un partido de oposición (al obradorismo). Mientras tanto, el “Presidente legítimo” seguía dale y dale con el 18 de marzo (¿piensa seguir haciendo lo mismo con el PRD y la izquierda electoral mexicana?).


Hizo un anuncio, el de una comisión en defensa del petróleo. Destaca la presencia de la maestra Ifigenia Martínez, y una mayoría de mujeres. Pero sí hay al menos un hombre, Alfredo Jalife (¿un antisemita?, me pregunté, mientras alguien decía muy contento: “¡El del moñito!”). Pero aunque no hay casi hombres, sí existe un reconocimiento al machismo y a la misoginia a través de la presencia de la noroñista Jesusa Rodríguez.


Tabasco estuvo presente, y como ya sabemos que aquí el que decide (“Yo dije que no”) es sólo el “Presidente legítimo”, ignoremos lo que dijo la senadora que trató el tema anteriormente. En concreto López Obrador dijo que tiene las pruebas de lo que dice; que sabe quiénes son específicamente los responsables de la tragedia. No ponemos en duda que haya responsables directos e indirectos y en diversos grados, ponemos en duda que tenga alguna prueba. A ver si Mandoki no hace un próximo documental: Tragedia: Tabasco 2007.


Pero el quid no son las pruebas, o sí, pero en lo que se refiere al lópezobradorismo (pero no sólo con éstos) se llama oportunismo político.


Sin embargo, López Obrador tiene todo el derecho de ir y preocuparse por Tabasco. Más aún, tiene la urgencia. Entre tanta agua, en una de ésas, hasta sale a flote (del abismo). Y, por lo pronto, esta semana ya salió como dicen que hace muchos siglos lo hizo Arquímedes, el de Siracusa, de una bañera: encuerado. Pero no es la primera vez, ¿será la última?


En los últimos minutos de su discurso (que en pocas horas apareció en la página del periódico que dirige hasta el fin de los tiempos Carmen Lira, La Jornada) se aventó una excelente metáfora.

 

Ésta sin embargo no viene en la versión virtual (¿será por eso?) del texto. Parece que improvisó, lo que le da más valor a lo dicho por Obrador. Palabras más palabras menos, cuando se refería al pueblo de México, dijo que ya pronto se levantaría la losa.


Y cuando la losa se levante, ellos se irán.

 

IV


Cuando dice el conductor:
Es hora de caminar…
La rielera


La cuenta progresiva… 1, 4, 6… 37. Trasbordo. Cuenta progresiva, otra vez… 38, 39,
40… 42. A correr. Ya hay más gente.


Todo se ve gris, igual que hace rato. Pero aún así, la lente algo hace visible. Hasta acá se escuchan voces. ¿De dónde vienen? De allá.


Son ellos, pero no son voces inocentes: “Colas, colas, colas y Nicolás, lo mucho que te quiero y lo poco me das”. A ver, setenta y cinco segundos por dos pesos. Pero no traigo monedas de dos pesos, ni aceptan billetes de cinco pejos. A cambiar.


Sí, están cantando, ahí en el escenario de hace rato. ¿Hace cuánto que emitieron esos sonidos? Hace algunos segundos, sin duda. Estamos lejos, o más bien, el sonido no es luz. ¿Intercambiamos?
A ver, démosles la espalda y veamos por otro lado, al cabo falta algo de tiempo para que la losa (del Zócalo) se levante.


Por acá. En Reforma también hay hoteles, y están al mismo nivel que los de Tlalpan y los cercanos al Monumento a la Revolución (es decir, están prácticamente a la misma altura sobre el nivel del mar).


Y por ahí, sí, por ahí estará en unos días Mercedes Sosa. Y por allá, por allá sigue estando el Cinemex Real. Vamos otra vez a cambiar (monedas).

 


Un letrero avisa que está prohibido aventar objetos. ¿Por qué?


Experimentemos. ¿Qué lanzo? ¿Un billete de cinco pejos? No, mejor este pedazo de papel. ¿Dónde está? No se ve, ¿será por esto que está prohibido lanzar objetos desde el aire?


No necesité un ojo de pescado para ver que todo lo sólido se desvanece en el aire.


Bueno, en este caso el papel desapareció, no se desvaneció, pero lo que se desvanece ¿desaparece?
¿Y mis billetes?
La cuenta regresiva… 6, 4…


- ¿Puedo volver a subir?
- Aja, con el brazalete puede subir durante todo el día… Ya llegamos.
Hay puntos de no retorno, pero también los hay que sí.

 

 

 

 


 
 
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