Los Camoteros se ponen la del Puebla


Pisan aficionados el césped del Cuauhtémoc


Al término del entrenamiento se vendieron pulseras con el nombre de miembros del plantel con el fin de recaudar dinero para apoyar a un niño que necesita con urgencia un trasplante de riñón


Fernando Zulbarán y Rojas

 

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En una muestra más de su calidad como persona, José Luis Sánchez Solá, entrenador del Puebla, y el plantel de la Franja optaron por entrenar ayer a  las 4 de la tarde para ayudar a la operación de un menor fanático del equipo.


Puebla  invitó por medio de la prensa a toda la afición a participar en la práctica, ya que al término del mismo se le dio acceso a los fanáticos a la cancha para convivir con los jugadores. En dicho evento se vendieron pulseras con el nombre de miembros del plantel con el fin de recaudar dinero para apoyar a un niño que necesita con urgencia un trasplante de riñón.


Gracias a la disponibilidad del equipo los aficionados tuvieron la oportunidad de pisar el césped del Cuauhtémoc y convivir con los jugadores. No faltaron los que aprovecharon la ocasión para el tiro a gol o simplemente darse el gusto de patear un balón en el terreno de juego.


Alrededor de las 6 de la tarde la gente se empezó a abarrotar en la puerta para ingresar al campo. La mecánica era bajar de 10 en 10 pero la gente no pudo contener la euforia y comenzaron a empujarse hasta provocar un descontrol por lo cual el staff optó por dejar pasar a todos los aficionados.
Se formó la gresca, pero no para una oportunidad de gol, sino para una obtener una firma, una foto, un acercamiento o simplemente un apretón de manos por parte de los jugadores. Cabe destacar que José Luis Sánchez Solá no se encontraba entre los solicitados.


Jorge Villalpando, Walter Vílchez, Jorge Damián Zamogilny, Javier Cámpora, Álvaro González, Sergio Pérez, Pablo Aja, Daniel Gil fueron algunos de los asediados por la muchedumbre para obtener el tan afamado autógrafo. Villalpando tuvo que ser cargado en hombros para poder cumplir las peticiones de los seguidores. El “Ruso” era ovacionado una y otra vez, Cámpora era perseguido de un lado a otro, la “Bola” ya no sabía a dónde voltear, Vílchez optó por apartarse y regalar firmas cerca de la entrada a los vestidores y Sergio Pérez se dio el lujo de posar en las fotografías. Aja y Gil fueron los únicos que contaron con una silla y una mesa pero la afición los rodearon completamente. El auxiliar técnico, Quiroga, esperó en la rampa que manda a los vestidores.


Ni siquiera la lluvia asustó a los asistentes, pero los jugadores abandonaron el terreno de juego para dirigirse hacia los vestidores y la muchedumbre siguió aclamando a su equipo.

 


 
 
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