Las mafias de la PGJ se imponen


Lo iban a correr y ahora es procurador


Rodolfo Igor Archundia Sierra dejó de ser el “eterno” interino y desde ayer rindió protesta como nuevo titular de la Procuraduría General de Justicia ante el gobernador Mario Marín


Edmundo Velázquez

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Las mafias ganaron y Rodolfo Igor Archundia Sierra cumplió su sueño de ser el procurador de Justicia en Puebla. Después de que varios personajes desdeñaran el puesto, el eterno interino ayer fue ungido como procurador por el gobernador Mario Marín Torres.


Incluso en la Procuraduría se le recibió cual héroe, se le organizó un besamanos, los agentes del Ministerio Público, los funcionarios de nivel medio, sus antiguos compañeros y desde ayer subordinados, le aplaudieron a su llegada.


Archundia, ya convertido en el jefe máximo, regresó hasta con otro tono de voz a la Procuraduría. Llegó y prometió que será rescatada la imagen de la dependencia, dañada por lo que dejó Blanca Laura Villeda en casi tres años y lo que no hizo Humberto Rosales Bretón en menos de un mes.


Tras la venia de sus compañeros, el funcionario dio una rueda de prensa ubicado ya en el puesto que ha ocupado en varias ocasiones, pero como encargado de despacho, el cargo de un procurador como él, “que la sociedad necesita por su entrega y trayectoria”.


“… el día de hoy, el señor gobernador ha reconocido a través de mi designación que el trabajo, que la trayectoria, que la entrega en esta institución por muchos años, porque no estoy hablando de unos meses, estoy hablando de casi 21 años, es precisamente lo que esta sociedad poblana necesita”, aseguró Archundia.


Con la llegada de Humberto Rosales Bretón a la PGJ y el anuncio de cambios al interior, Archundia fue parte de la planta laboral a reestructurar, sería nombrado director de Averiguaciones Previas de la Zona Metropolitana Sur.


Pero la crisis en la PGJ siguió y se agudizó cuando Rosales se “enfermó” y dimitió a unos días de tomar el cargo. Fue entonces que Archundia tuvo posibilidades reales de ser el nuevo procurador.


Después de que se manejaron distintos candidatos, la administración optó y dio a conocer a Archundia que sería el próximo procurador el miércoles 24.


—¿Puede con la presión de ser procurador?— se le cuestionó en rueda de prensa.
—La he vivido aunque no al cien por ciento, pero la he vivido, y solamente la he superado gracias al trabajo de mis compañeros…
—¿Cómo se siente de salud?— se le preguntó, por aquello de que ya van dos procuradores que se enferman y dejan el cargo en esta administración.
—Tengo un dolor muy clavado en el corazón, pero es porque estoy muy contento, fuera de eso, estoy bastante bien— dijo a manera de chascarrillo.


El manejo sigiloso de sus declaraciones sobre el caso del narcoalcalde Rubén Gil Campos, así como el control de daños por la desaparición del policía judicial Alfredo García Guillén a manos de Los Zetas, fueron consideradas pruebas para que Archundia se convirtiera en el procurador. Sobre el caso del agente placa 646, desaparecido ya hace dos semanas, el funcionario fue tajante:


“¿Qué se tiene que hacer? Encontrarlo. Eso es lo que se tiene que hacer. ¿Cómo lo vamos a hacer? Solamente con el trabajo de todos. Como con el trabajo de esta institución como con el trabajo de otras. Creo que es un tema muy delicado. No se va a resolver con discursos ni con entrevistas, se va a resolver buscando en la calle, en el campo, en donde se encuentre el señor García Guillén.”


Y sobre el supuesto paro de labores de la Policía Judicial tampoco dejó dudas:


“Debo platicar con todos y cada uno de los servidores públicos. La percepción que yo tengo de la Policía Judicial es de tranquilidad, de trabajo, de entrega, de necesidad de ser escuchados y lo más importante: de no actuar en contra de la propia institución a la cual ellos pertenecen. Si hay alguna versión sobre paro en la institución yo lo niego rotundamente.”


Pero, el hoy procurador aún no se atreve a anunciar cambios y solamente aseguró que una reestructuración ocurrirá para cambiar la percepción en la población de la dependencia de justicia:


“Yo creo que primero tenemos que reconocer el trabajo y el esfuerzo de todos los que laboramos en esta institución (…) Hay que rediseñar la Procuraduría, no recuperarla, porque la ciudadanía tiene una imagen de esta institución y probablemente esa imagen ha ido cambiando conforme a los tiempos ya no somos una sociedad igual a la de hace diez años. Por eso le debemos dar una imagen de modernidad.”


El nuevo procurador admitió una reestructuración dentro de la PGJ, los cambios en la dependencia se harán de manera que “se ubiquen a los mejores hombres y a las mejores mujeres en lugares donde van a dar mejores resultados. ”En este momento no se trata de sumar, sino de emplear lo que tenemos.

 

Lo que falte tendrá que llegar. Si alguien falta llegará. Si alguien ya no está, digamos en la misma secuencia de nuestro trabajo, también se retire, tal vez. (…) Quien se vaya, no es porque no haya hecho su trabajo, no es porque no sirva, será porque tiene un perfil diferente a la imagen que queremos dar de modernidad, de rectitud, de trabajo”, admitió.

 


 
 
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