Figueroa, ahora en las grandes ligas


El que un día intentó “disciplinarlo”, lo trató como su igual en el Consejo General


Figueroa Fernández rindió protesta como consejero general del IFE criticando al propio organismo. Entre las molestias del poblano figuran la falta de respeto y credibilidad del instituto y la falta de recursos para los consejeros locales y distritales


Selene Ríos Andraca / Ciudad de México / Enviada

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Alfredo Figueroa Fernández, en su primer día como consejero general del Instituto Federal Electoral, no se achicó ante la presencia de las figuras nacionales que conforman el consejo. Por el contrario, el poblano saludó a todos los representantes de los partidos políticos, a los consejeros diputados y a sus homólogos como si arrastraran una añeja amistad.


En sus adentros, el sociólogo disfrutó el hecho de que Marco Antonio Gómez Alcanzar, quien intentó “disciplinarlo” en las elecciones federales de 2006, lo trató como su igual en el Salón de la Herradura y le dio la bienvenida al consejo, ensalzando la experiencia del poblano en el Consejo local del IFE.


Alfredo Figueroa debutó el viernes por la tarde en las grandes ligas de la política nacional, al rendir protesta como consejero electoral de la segunda renovación del IFE por la reforma constitucional en materia electoral aprobada el año pasado por el Congreso de la Unión y los Congresos locales.


En su toma de protesta, Alfredo Figueroa fue arropado por familiares, miembros del Comité Conciudadano y por el ombudsman del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza.


Fiel a su estilo crítico, Figueroa Fernández expresó ante el pleno del consejo general que una de sus mayores preocupaciones es la reconstrucción de la credibilidad y el respeto de la institución, características que se vulneraron por el polémico y cuestionado proceso presidencial de 2006.


Acompañado de sus padres y de sus dos pequeñas hijas, Julieta y María, Figueroa Fernández emitió el discurso más polémico de la noche y enfrentó públicamente a los monstruos de los medios de comunicación electrónicos, cuyos intereses se vieron afectados con la reforma electoral.


“La reforma es un medio para enfrentar la crisis, pero ha generado de regreso una enorme cantidad de cuestionamientos ahora por otros sectores de la sociedad que ven en ella amenazados sus intereses y convicciones. Para decirlo con claridad, muchos concesionarios de la radio y la televisión, junto con actores de la opinión publicada, entre otros, han hecho públicas sus serias dudas en torno a la reforma. En cualquier caso, el marco de esas diferencias ha encontrado en el IFE nuevamente un blanco permanente de cuestionamiento.”


Previo a la elección del 2006, el Consejo local del IFE, encabezado por Luis Garibi Harper y Ocampo, Federico González Magaña, Sergio Cházaro, Domitila Ávila, Alejandra Gutiérrez y Alfredo Figueroa recibió la visita del consejero general Marco Antonio Gómez.


El consejero general acudió a Puebla en aquellos días, debido a la serie de escándalos armados por la triada de rebeldes: Figueroa, Cházaro y González Magaña, quienes exhortaron al gobernador a abstenerse de realizar propaganda en la elección y denunciaron al entonces alcalde capitalino Enrique Doger y al arzobispo Rosendo Huesca y Pacheco.


La intención de aquella visita era “disciplinar” a los escandalosos consejeros. Pero en la reunión, Gómez Alcántar fue el más regañado por la actitud sometida del Consejo General del IFE ante la campaña de odio orquestada por los empresarios.


El viernes por la tarde, Figueroa Fernández y Marco Antonio Gómez se sentaron frente a frente en la herradura del Consejo. Se sonreían, se guiñaban el ojo y al final se fundieron en un abrazo que hasta sincero parecía.


La actitud de Gómez Alcántar tuvo un cambio tan radical que se acercó a la comitiva de Puebla para saludar y felicitar a Luis Garibi —uno de los vocales ejecutivos castigados por el IFE en 2006— y a Federico González Magaña.

 

Figueroa critica al IFE desde el Consejo


Sentado del lado izquierdo, junto a Marco Antonio Baños y a Francisco Javier Guerrero, Figueroa Fernández fijó su primera postura en el consejo general: “El IFE es, ha sido, síntesis de diversas contradicciones, pero también un medio racional para su procesamiento. Por ello, participar en el máximo órgano de dirección del Instituto en el momento actual, representa un gran desafío personal, profesional y político.”


Tajante, el poblano agregó que no será parte de “las unanimidades silenciosas”: “Mi postura inicial es que por encima de nuestras muy probables diferencias, por encima de nuestras diversas funciones, por encima de nuestras historias y experiencias debemos construir una visión de Estado del nuevo modelo de democracia (…), no a través de las unanimidades silenciosas, sino de consensos basados en argumentos y en la razón, aunque se acompañen de visiones de mayoría y minoría.”


Otra de las críticas del nuevo consejero fue las condiciones en las que laboran los consejos locales y distritales, donde carecen los recursos públicos para llevar a cabo las elecciones.


“A los trabajadores de las áreas técnicas, ejecutivas y directivas del país, especialmente a los distritos electorales, que conozco las condiciones y las dificultades que muchos de ustedes experimentan, que sé el enorme esfuerzo que representa llevar a buen puerto una elección, que comparto su malestar por los muchos recursos con los que no cuentan y que aún sin los cuales han sacado adelante las elecciones (…) que en mis decisiones estarán siempre presentes las muy diversas y difíciles condiciones que hemos venido arrastrando, que entiendo el ejercicio de mi responsabilidad sólo a partir de mi propia memoria, ustedes lo saben, de nuestra historia común.”

 

La bienvenida a los consejeros


Al lado de su hija mayor, Julieta, Alfredo Figueroa cumplió con el protocolo de la salutación al término de su primera sesión, la cual tardó casi tres horas, en las que todos los miembros del Consejo, sin excepción alguna, le dieron la bienvenida a los tres nuevos consejeros: María Macarita Elizondo Gasperín, Francisco Javier Guerrero Aguirre y el sociólogo poblano.


Cada uno de los consejeros — Leonardo Valdés, Virgilio Andrade, Marco Antonio Gómez Alcántar, Arturo Sánchez, Marco Antonio Baños y Benito Nacif— confiaron plenamente en la designación de los tres nuevos consejeros y se comprometieron a trabajar de la mano para consolidar al instituto de cara al proceso electoral de 2009.
Al término de la sesión, Figueroa Fernández celebró su nombramiento con sus amigos y familiares en su domicilio ahora ubicado en el Distrito Federal.

 

 

 

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