Comparte Marín sus tips preciosos

En reunión con diputados locales del PRI, realizada en Manzanillo, Colima

"No fue fácil el tema, pero creo que pudieron haber hecho más, tanto el partido a nivel nacional como en las bancadas en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, tuve apoyos aislados pero no salieron en bloque (...) creo que hubo ausencia de la dirigencia y de las cámaras”, se quejó

Esaú López / Agencia Reforma / Agencias

El gobernador Mario Marín Torres explicó a casi 200 diputados locales del PRI, cómo superó el escándalo del que fue protagonista, y les reveló sus tips: reforzar el trabajo de su administración, convencer a los dueños de los medios de comunicación de bajar el tema, mantener un bajo perfil y negar entrevistas sobre la conversación que sostuvo con Kamel Nacif, misma que dejó al descubierto la conjura para aprehender y violentar las garantías individuales de Lydia Cacho.

En el marco de la 15 Reunión Nacional de Legisladores Estatales del PRI —realizada en Manzanillo, Colima— Mario Marín confesó que careció de un apoyo real de parte de la dirigencia nacional del tricolor, así como de diputados y senadores, luego de que La Jornada y W Radio dieron a conocer su diálogo con “El rey de la mezclilla”.

Aunque la ponencia de Mario Marín fue sobre su experiencia exitosa en el pasado proceso electoral local, el interés de sus correligionarios por saber detalles motivó a que gran parte del tiempo disponible fuera para explicar su “secreto”. Ahí, confesó que de haber aceptado su culpa en el caso Cacho, hoy estaría muerto física y políticamente.

Y ante priistas, Marín se quejó de sus correligionarios: “No fue fácil el tema, pero creo que pudieron haber hecho más, tanto el partido a nivel nacional como en las bancadas en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, tuve apoyos aislados pero no salieron en bloque (...) creo que hubo ausencia de la dirigencia y de las cámaras (…) Manlio (Fabio Beltrones, líder de la bancada del PRI en el Senado) siempre estuvo de mi lado”.

Mientras proporcionaba sus tips sobre cómo afrontar un escándalo de talla mundial, Mario Marín reconoció por primera vez que la economía de Puebla se vio golpeada por el desprestigio de su imagen y gobierno, puesto que empresarios y priistas se hicieron a un lado por la gravedad del caso Cacho.

La clave para salir avante, dijo Marín, fue trabajar tres veces más en las comunidades de Puebla, convencer de su trabajo a los dueños de los medios de comunicación del estado, mantener un bajo perfil y cerrar su imagen para entrevistas de cualquier tipo, y más aún sobre el tema de las conversaciones telefónicas.

Entre las revelaciones de Mario Marín destaca la operación de su gobierno para cooptar y callar a los medios locales: “Iniciamos una campaña básicamente con los medios locales de Puebla y les cometamos que, por el bien del estado, sería bueno no darle mucha importancia a este tema, pero además los convencimos de que teníamos la razón”, expuso.

“Otros dicen que eso se hubiera acabado más pronto (el escándalo) si hubiera aceptado la grabación, yo sigo en el criterio y tengo suficientes razones para decir que no, porque esta trama estuvo tan perfectamente diseñada que fueron soltando, como se acordarán, poco a poco, cintas”, explicó.

El pasado 29 de noviembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó condenar a Marín por la violación grave de garantías en contra Lydia Cacho, porque consideró que no había evidencia contundente de una conspiración para agilizar la denuncia del empresario Kamel Nacif contra la escritora por difamarlo en el libro Los Demonios del Edén.

Dijo que de haber aceptado una supuesta culpa ahora estaría muerto política y físicamente.

Haciendo gala de su estilo, Marín comentó: “No me la hubiera acabado. Ahí me llegó la iluminación, o, no sé, pero yo vi más allá de las grabaciones (...), pensé que sería pasajero, porque, pues sólo se podía decir que soy mal hablado”.

Sobre cómo el PRI ganó pese a su desprestigio a nivel internacional, Marín comentó que el tricolor elaboró un programa partidista con rentabilidad electoral para afrontar la elección local de 2007, teniendo muy claro que el partido debería hacer su trabajo con mayor independencia del gobierno, pero también de mejor calidad.

Mientras que el gobierno a su cargo hizo una acción más cercana a la gente, intensificando las giras de trabajo, lo que permitió recuperar poco a poco la confianza de los poblanos.