Tienen las Águilas una semana para olvidar

Fernando Vanegas / Agencia Reforma

Tantos lugares para fijar la mirada y Rubén Omar Romano apuntaba hacia la nada. El éxtasis de los aficionados y jugadores de los Tigres hacían un dramático contraste con el rostro desencajado del técnico del América, que no ha podido levantar el vuelo de las Águilas, pues el sábado fueron goleadas 3-0.

El argentino sumó ya 15 partidos dirigidos sin triunfo en torneos de Liga y América ligó su cuarto descalabro de manera consecutiva en el Clausura 2008, las últimas dos bajo su mando. Además, terminaron con una semana para olvidar, pues sus tres partidos fueron derrotas: ante Santos, River Plate y la del sábado  ante los felinos.

Una de las peores versiones del Ave fue la que se presentó en el Estadio Universitario, ya que los Tigres ni siquiera tuvieron que emplearse a fondo para humillar a su rival.

Se puede decir que el gol de Hugo Sánchez, anotado apenas a los dos minutos de iniciado el juego pudo influir, pero los de Coapa no tuvieron reacción.

De lo poco que ofreció el América fue una jugada individual de Richard Núñez, quien disparó, pero el portero Cirilo Saucedo rechazó sin problemas.

A partir de ese momento, los felinos sólo intentaron aprovechar los errores de las Águilas.

Y para mala fortuna de los americanistas, no sólo ellos se equivocaron, también el árbitro Mauricio Morales, quien señaló como penal una supuesta falta del portero americanista Armando Navarrete sobre Blas Pérez.

A los 41', Lobos cobró y marcó su primer gol en el futbol mexicano para prácticamente sentenciar el partido.

Romano metió a Rodrigo López y a Jesús Mosqueda en el segundo tiempo. Intentó fortalecer su lado derecho al poner por ese costado a José Antonio Castro y Óscar Rojas, pero ni así pudo crear opciones reales de gol.

Sólo un disparo al travesaño de Salvador Cabañas llegó a preocupar a la zaga felina, pues otro intento de Rojas se fue por encima de la portería.

También entró Federico Higuaín, pero no pudo pesar. La desesperación de Romano era palpable y se incrementó cuando al 74', Diego Cervantes cometió una pena máxima clara sobre Lucas Ayala, que le permitió a Gastón Fernández anotar el 3-0 al estilo Panenka, es decir, cuchareando el balón.

El orgullo es lo único que le quedaba a las alicaídas Águilas que ejercieron presión y el mismo Cervantes pudo hacer un gol, pero su remate fue directo a las manos de Saucedo.

El silbatazo final cimbró a Romano, pero también a todo el americanismo, pues sólo suman siete unidades de 24 posibles.