La DIEDO instalada en una casa habitación

Los vecinos temen por su seguridad

Con pedazos de cristal, bardas que no pasan los dos metros de altura y a unos 100 metros, se resguarda la Dirección de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada

Edmundo Velázquez

Con pedazos de cristal, bardas que no pasan los dos metros de altura y a unos 100 metros, se resguarda la Dirección de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, oficina de la Procuraduría General de Justicia por donde pasan los más peligrosos criminales.

Para los vecinos de la colonia La Hacienda, el compartir el espacio con esta oficina de la PGJ ya es un martirio, pues viven a merced de los operativos, escuchan los gritos de los investigados que son torturados en los separos y temen que algún día la delincuencia organizada toque a su puerta o peor aún, que llegue a la escuela primaria que se encuentra a unos cien metros.

Con la llegada de Rodolfo Igor Archundia Sierra los vecinos de La Hacienda esperan que la DIEDO sea reubicada a un lugar donde su seguridad y patrimonio no corra riesgo. “Que la muevan al Cereso, que la muevan para allá, pero que no la dejen aquí donde hay niños y familias, donde están nuestras casas”, comentó una vecina a Cambio.

Ante los reclamos de los colonos, Cambio acudió a sus domicilios para constatar el peligro que pueden correr.

“Aquí hay una bardita, está detrás de la DIEDO, ¿te imaginas si un día agarran a un Zeta? ¿Tú crees que no van a venir con sus lanzagranadas, con mortero y todo? A ellos se los pueden sitiar cualquier día y lo peor es que solamente van a dañar nuestras casas, van a ponernos en peligro”, comentó otro vecino que pidió la gracia del anonimato.

Recientemente que la DIEDO tomó en sus manos el caso de los custodios de Lock, acusados por el robo de una camioneta de valores, los vecinos volvieron a notar las incomodidades de vivir cerca de la oficina.

“Llegaron todos los de la Metropolitana, llegan los judiciales, llegan los familiares de los detenidos, también llegan los abogados, la calle se llena de carros y patrullas, los operativos llegan hasta acá y nada más nos ponen los pelos de punta”, comentó una vecina más.

Con la cercanía de las casas también las prácticas ilegales de la DIEDO se han notado entre los vecinos, quienes coinciden en que en el cuarto de servicio que tiene la casa, ubicada en el número 2421 de la avenida Circunvalación, es utilizado para la tortura.

“Se escucha a todas horas. Ponen música muy alta, o una bomba de agua. Cuando se apaga la música, se les acaba el disco, se oyen los gritos”, comenta un vecino. “O simplemente en la pared comienzan a golpear una y otra vez, como si los azotaran”, agrega otra colono más.

Para colmo, el cuarto que tiene estos fines no tiene seguridad alguna.

Los vecinos temen que cualquier día se escape uno de los torturados, porque solamente le fueron colocados pedazos de vidrio en la azotea para que los detenidos no se escapen. Además, la barda de la casa solamente posee malla de alambre, aunque los judiciales han improvisado como barrera una manta que fue utilizada en la inauguración de la oficina cuando todavía era dirigida la Procuraduría por Blanca Laura Villeda Martínez.