Lanza Cárdenas S.O.S. tarde

Hugo Corzo y Claudia Guerrero / Agencia Reforma

MÉXICO, DF, 7-May .- A última hora, Cuauhtémoc Cárdenas intentó evitar que el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación (TEPJF) diera la última palabra sobre la elección interna del PRD.

A través de una carta, propuso a los últimos ex presidentes del PRD hacer un llamado conjunto a los candidatos a la dirigencia para que renunciaran a sus aspiraciones y con ello resolver la profunda crisis política que vive el sol azteca.

Cárdenas pidió convocar al Consejo Político Consultivo --una especie de consejo de notables del partido-- para que, a propuesta de los candidatos declinantes sea este órgano quien propusiera a un dirigente de transición que se encargara del proceso electoral de 2009.

"Considero grave que vayan a dejarse decisiones cruciales para el presente y el futuro del PRD en manos y cabezas ajenas al partido, por lo que hoy les propongo, en un intento más para superar la crisis, que juntos hagamos un llamado a los candidatos que contendieron en las elecciones del pasado 16 de marzo aspirando a los cargos de presidente y secretario general, para que renuncien a sus respectivas posibilidades de llegar y ejercer los cargos", expuso el ex candidato presidencial.

Sin embargo, por la trade, el TEPJF ordenó a la Comisión Nacional de Garantías del PRD realizar el cómputo total de votos de la elección, respondiendo así a la impugnación que presentó en días pasados Jesús Ortega.

La carta, en la que Cárdenas asegura que el partido enfrenta "la crisis más grave en el curso de su historia", está dirigida a Amalia García, Andrés Manuel López Obrador, Pablo Gómez, Leonel Godoy y Leonel Cota.

Cárdenas inicia su texto asegurando que el PRD llegó a su 19 aniversario sumido en la crisis más grave que haya enfrentado en el curso de su historia, que los ha llevado al borde, incluso, de la disolución y su desaparición de la vida pública.

"La falta de apego a la legalidad estatutaria por parte de compañeros nuestros ha llevado al partido al borde no sólo de una profunda e irreparable fractura, sino de su disolución y su desaparición de la vida pública, al menos como un instrumento útil para los sectores progresistas del pueblo mexicano en su lucha por el rescate y defensa de la soberanía nacional y para la profundización y el fortalecimiento de la vida democrática".