Las Águilas, caen otra vez


Guillermo Ochoa lució en la meta pese a aceptar los tres tantos, la defensa americanista sigue mostrando una debilidad absoluta


Agencias

 

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El América, ha caído en lo más bajo al momento de tener otro descalabro, luego de seis encuentros sin ganar y con una defensa de papel, lo peor está por venir.


Ahora fue Tigres quien vino a faltarles al respeto en el Estadio Azteca, pues con un 3-1 les bastó a los felinos para poner en jaque al equipo de Ramón Díaz, que ahora no sólo resultó inoperante a la defensiva, sino que también en el ataque donde carecieron de contundencia y llegadas coherentes.


Pareciera cosa de brujería, pero el rostro de Díaz lo dijo todo; su tez morena se desencajó y ya ni siquiera tuvo fuerzas para levantarse e ir a la banda a tratar de reordenar a sus jugadores o cuando menos pegarles un grito por sus fallas.


En las últimas seis semanas ha probado de todo, una nueva zaga por partido, dos ó tres contenciones, varias combinaciones en la delantera, pero nada le ha funcionado, lo cual hace pensar que el problema ya no pasa nada más por él.


Y hoy, como nunca se evidenció que si Salvador Cabañas no está en el ataque, no hay quien pueda tomar el liderazgo para ayudarlos a hacer goles.


Aunque el timonel argentino lo niegue, en la cancha es evidente que está desesperado por encontrar la alineación idónea, pero esta falta de continuidad también está terminando por confundir a sus jugadores.


En cambio, bien dicen que mas sabe el "diablo por viejo, que por diablo", pues Manolo Lapuente supo muy bien como contrarrestar a sus ex dirigidos, y desde que esta en el timón de los Tigres está es la segunda ocasión en que le pegan a las Àguilas.


Pese a que iniciaron titubeantes, poco a poco se fueron asentando en el terreno de juego y Lucas Lobos, quien también fue uno de los verdugos del torneo pasado, les dio un baile, pues atrás nadie pudo meterles freno.


Tigres no tuvo que hacer un trabajo desgastante ni recorrer a todo lo largo y ancho la cancha del Azteca, pues con toques largos, pero sobre todo precisos los hizo pedazos.


Tan perturbada estaba la defensa de las Àguilas que hasta Federico Insúa tuvo que rifarse en la marca y llevarse una amarilla, pues no le quedó de otra más que faulear a un rival para impedir el cuarto.


Tigres sigue sumando de a poco para salir de los últimos lugares de la tabla de porcetanjes y América va otra vez en picada, perdiendo puntos, viendo como se aleja la clasificación y metiendo en graves problemas al técnico a la directiva, pues cada vez se van agotando los argumentos para mantener la continuidad en el timón.

 

 

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