Nadie sabe de donde surgió este payaso, pero su simple existencia tiene aterrados a los pobladores de Wasco, población del sur de California.
Aunque más allá de su perturbadora apariencia el payaso no hace nada más que pararse con un puñado de globos en la mano, el hecho de que lo haga a altas horas de la noche le ha quitado el sueño a varios.