Como en sus tiempos de campaña política, Eduardo Rivera Pérez convivió, se tomó fotos y hasta un partido de futbol jugó con los vecinos de la junta auxiliar de La Resurrección, luego de entregar un espacio deportivo que costó cerca de 6 millones de pesos en una zona de monumentos prehispánicos que se encontraba abandonada.

La obra se realizó en una antigua zona prehispánica de juego de pelota que se encontraba en el olvido, y que con la intervención del Ayuntamiento ahora cuenta con una cancha de campo sintético, un gimnasio al aire libre y una pista de trote conservando como atracción principal el monumento prehispánico.

Previo a su llegada, decenas de colonos ya lo esperaban gustosos con pancartas como “Lalo sí cumplistes”, por lo que cuando el alcalde llegó a inaugurar la obra, las porras de bienvenida lo recibieron, aunque en esta ocasión ninguna lo promocionaba para gobernador.

Antes del acto protocolario el edil observó una demostración de juego de pelota en la zona prehispánica que posterior a los trabajos de remodelación, se conservó al centro del espacio deportivo como la atracción principal.

Posteriormente bajó del presídium, se acercó a la gente para agradecer su voto hace tres años y destacó que la obra entregada era una muestra de su trabajo en los últimos tres años como presidente municipal.

Aunque el termómetro marcaba menos de tres grados centígrados, el alcalde cambió los pantalones largos y la corbata para enfundarse en short y jugar un partido de 10 minutos con los colonos de la zona.

Al finalizar complació a todas las mujeres y niños que se acercaron a pedirle una fotografía y después de más de dos horas abandonó el lugar.