En el “Manual de prevención de delitos cometidos contra la libertad de expresión”, la Procuraduría General de la República de Jesús Murillo Karam exhibió la contradicción principal: el gobierno sólo puede protegerse a sí mismo. Y como más de la mitad de las agresiones provienen de instancias de los tres niveles de gobierno y de la clase política gobernante, entonces las autoridades carecen de voluntad institucional para castigar a quienes atentan contra la libertad de prensa.
Lo dice el Manual:
“El Estado mexicano tiene la obligación de proteger y prevenir las agresiones a periodistas; sin embargo, estas agresiones a veces son atribuidas a funcionarios públicos y al crimen organizado.
“Hacen falta respuestas, acciones, estrategias de prevención y combate a las agresiones a periodistas, investigaciones eficientes, recursos y posibilidades de tipo legal, fortalecer a la Fiscalía Especial, replantear el sistema de protección a periodistas y más por hacer”.
La percepción de la PGR –que sigue vigente– es, en el mejor de los casos, elusiva; en el peor no pasa de una broma de mal gusto. El riesgo que enfrentan periodistas por difundir revelaciones sobre las trapacerías del poder en todos sus niveles y desde luego para denunciar las acciones de los cárteles del crimen organizado es asumido por la PGR con una fórmula matemática:
Riesgo = Amenazas X Vulnerabilidad
Resiliencia
Lo de menos es que la PGR haya basado en Wikipedia su fórmula para determinar el riesgo que enfrentan periodistas; lo grave es que no asumió que la Wikipedia dice también que la resiliencia es “la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas”, es decir, una forma de conformismo ante adversidades. Y esta frase es la que parece animar a las autoridades: sanar las heridas psicológicas provocadas por las agresiones contra periodistas por develar las complicidades gobiernos-crimen organizado no indiciando penalmente a los agresores sino pidiendo a los agredidos la comprensión positiva.
El Manual de la PGR se centra en la prevención de riesgos; y para ello deja entrever que la mejor manera de evitar los riesgos del oficio periodístico de denuncia –y protegerse ellos y sus familias– es el silencio profesional; es decir: no publicar imputaciones contra criminales y funcionarios.
La forma de la PGR de entender la protección de periodistas por riesgos en el cumplimiento de su profesión se reduce a medias cautelares a posteriori de las agresiones o las amenazas, porque los asesinatos de periodistas son amenazas consumadas. La PGR da consejos –no instrucciones ministeriales– que llevan más bien a situaciones de censura; “todo se puede decir, sólo hay que saber cuándo y cómo decirlo” y “no hay nota que valga una vida”. En lugar de aplicar la ley con severidad, el Manual de la PGR prefiere aconsejar a los periodistas a matizar sus denuncias, Y si se parte del dato de que más de la mitad de las agresiones son de funcionarios públicos, entonces la institución está sugiriendo la autocensura.
La PGR y la Fiscalía sobre libertad de expresión deben tener un replanteamiento total de sus compromisos que comience con la persecución penal de funcionarios que son señalados como agresores de periodistas.
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Política para dummies: La política es el ejercicio descarnado del poder por el poder y para el poder.
Sólo para sus ojos:
· Pues con todo y las encuestas, Donald Trump sigue avanzando. El martes el Partido Republicano ganó dos diputaciones importantes para la mayoría en el congreso: en Georgia y Carolina del Sur. The Washington Post escribió que los demócratas están “devastados” y el The New York Times dijo que estaban “desmoralizados”. Y ya piden la renuncia de Nancy Pelosi, líder demócrata en la Cámara.
· El tapón estadunidense en la frontera México-EE.UU. está dejando del lado mexicano a millones de migrantes que no pueden cruzar; y se trata ya de un problema de seguridad pública por la aglomeración y la delincuencia de sudamericanos y mexicanos en ciudades fronterizas.
· Hoy comenzará la guerra civil en el PAN entre Margarita Zavala de Calderón y Ricardo Anaya. Y el partido no tiene más escenario que la ruptura y ésta beneficiará al PRI.
@carlosramirezh