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Domingo, 23 Julio 2017 21:50

El gasto en seguridad y en elecciones, verdadera tragedia para México

El gasto en seguridad y en elecciones, verdadera tragedia para México Escrito Por :   Gabriel Sánchez Andraca

Nuestro país, México, está gastando una millonada en dólares para combatir al narcotráfico (guerra según Calderón, su iniciador) al que varios columnistas llaman, ‘el Circo Electoral’ que de hecho se ha iniciado.


La movilización del Ejército y la Marina, la creación de la Policía Federal, el armar y entrenar a nuevos policías y el gasto aumentado de las policías estatales y municipales, constituyen un real ‘gasto de guerra’ que significa miles de millones de dólares.

 

Lo anterior, independientemente de la pérdida de miles de vidas humanas, de hombres y mujeres jóvenes en su mayor parte. Una verdadera tragedia.

 

Pero no es la única.

 

La creación de un sistema ‘democrático’ basado en los partidos políticos, (partidocracia) que no ha servido para nada, porque políticos y partidos tienen características similares: son sumamente caros e ineficientes.

 

Ya el finado columnista ‘Catón’, cuyo nombre era Armando Fuentes Aguirre, coahuilense que publicaba su leída columna ‘Política y Cosas peores’ en el diario capitalino Reforma en una de sus muy leídas columnas, que el diario mencionado acaba de reproducir el pasado viernes, decía: “La política nos sale muy cara a los mexicanos. A más de mantener a un gran número de partidos, partiditos, partidillos y partidejos, tanto nacionales como locales, debemos sostener a una enorme burocracia electoral cuyo costo gravita onerosamente sobre nuestra economía. Somos un país pobre con partidos políticos -y con políticos- muy ricos. Eso que se presenta como prueba del ricos espectro ideológico de México, es en verdad una tragedia nacional, pues el dinero que se dedica a eso, deja de servir a fines importantes como la educación, la seguridad, la lucha contra la pobreza, la cultura, etcétera. Lo peor es que en México no se hace política, se hace politiquería. En ese renglón, el de la vida pública, los mexicanos estamos ligeramente jodidísimos”.

 

Usted como nosotros, seguramente que estará de acuerdo con don Armando.

 

¿Es necesario el sostenimiento por parte del gobierno, de tantos partidos que no constituyen ninguna opción para los electores?

 

Porque muchos de los partidos existentes, existen en el papel, pero no en la realidad.

 

En estos momentos, en vísperas del inicio del proceso electoral del 2018, tal vez el más importante de los últimos tiempos, puede hablarse de dos partidos que cubren la geografía nacional con militantes y simpatizantes: el PRI y Morena. El primero cuenta con una estructura y una organización de mucho tiempo atrás, una maquinaria electoral abollada y todo, pero maquinaria al fin. Morena la está construyendo con trabajos y muchos esfuerzos, pero ahí va. Pero ni el PAN ni el PRD tienen lo que los dos partidos anteriormente mencionados presumen. Son partidos considerados como medianos, que tienen fuerza y una mediana organización en entidades como las que constituyen el Bajío, en el caso del PAN y en el sur-sureste del país, en el caso del PRD.

 

En los años cincuenta, el PAN tuvo fuerza en dos estados norteños que fueron Baja California y Chihuahua. En el caso de Baja California, el PAN sigue siendo fuerte y en Chihuahua después de haber ganado la gubernatura con Barrios, la perdó en el siguiente sexenio y la vino a recuperar recientemente.

 

En entidades como Puebla, Morelos, Oaxaca, el PAN llega a ganar elecciones por los errores y divisiones que surgen en el PRI o por algún candidato especialmente carismático. Pero no hay ni tradición ni militancia organizada panista.

 

La revisión que recientemente hicieron los propios panistas de su padrón en Puebla, resultó un fiasco. Igual que cuando el dirigente nacional de ese partido, Pablo Emilio Madero, convocó a los panistas terminando el gobierno de Felipe Calderón para que se reinscribieran al partido los militantes que decidieran continuar en el partido. El resultado fue dramático: de los casi dos millones de miembros que tenía inscritos, sólo pidieron su reinscripción poco más de 200 mil. Ni siquiera Vicente Fox se reinscribió, por eso ahora es simpatizante priista.

 

Un empresario poblano de no más de cincuenta años, que es producto de la cultura del esfuerzo y que ahora tiene empresas que pueden sostener a una Fundación, que lleva el nombre de su señora madre, ‘María Bertha Cruz’, que constituye una gran ayuda para mujeres viudas, abandonadas o madres solteras, desea incursionar en la política para ayudar a mucha gente que lo necesita.

 

Se llama Alejandro Cruz Olivera, es profesionista exitoso, fue delegado de una dependencia federal, pero lo más importante, tiene sensibilidad social, algo que ha faltado a muchos de nuestros políticos.

 

Seguramente que su empeño por llegar a ser un representante popular o a ocupar otro tipo de posición dentro de la política, le va a funcionar bien, pues tiene experiencia administrativa y esa sensibilidad social de que hablamos, que se ha manifestado en la Fundación que preside y sostiene.

 

 

 

 

 

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