El líder criminal El Toñín brincó en casi una década del negocio del huachicol al del trasiego y distribución de droga en los municipios del Triángulo Rojo, y fue así que convirtió las cisternas en las que escondía los bidones de gasolina en túneles para escapar.
?#ÚltimaHora Catea la Fiscalía @FiscaliaPuebla 3 ranchos en #Quecholac y #Palmar de Bravo, aseguran 8 armas, 100 cartuchos y un túnel, dos personas están detenidas pic.twitter.com/NTfEhZN1XD
— Carlos Martin Huerta (@carlosmartinh) October 21, 2021
Fuentes del municipio que Quecholac, que controla El Toñín, informaron a CAMBIO que de 2012 a 2014 el criminal mandó rascar hoyos profundos entre Quecholac y Palmar de Bravo y ahí escondía los tanques cisternas para almacenar la gasolina que extraía de los ductos de Pemex.
Después, entre 2018 y 2019 cuando se dejó de mandar la gasolina por ductos, el criminal brincó a la distribución de drogas en la región.
Fue así que utilizó la arquitectura que había diseñado para esconder el combustible y la transformó en una red de túneles que le servían para esconder su arsenal y también como caminos para escapar para cuando fuera necesario.
Así quedó comprobado este día, cuando elementos de la policía ministerial catearon tres propiedades del líder criminal y en una de ellas encontraron la red de túneles.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, en un rancho de la localidad de San Bartolomé Coscomaya, municipio de Quecholac, los agentes investigadores ubicaron un túnel con aproximadamente 50 metros de longitud, profundidad de 10 metros y que seguía en proceso de excavación.
Carlos Rocha
@rochapress