A la tragedia de la explosión en San Pablo Xochimehuacan se suman las pérdidas materiales ocasionadas por terceros, pues desde las primeras horas del siniestro algunos han ‘aprovechado’ para ver qué pueden llevarse de las viviendas ajenas, aunque la rapiña implique arriesgar sus vidas en el intento.
Los habitantes que se quedaron sin hogar llevan dos días en la calle, pues prefirieron no ir a los albergues y quedarse lo más cerca de su domicilio para cuidar lo que les queda. Lo que sigue es el recuento y el control de los daños.
Adela Flores, de oficio recicladora, se quedó sentada en las vías del tren desde el domingo, porque su vecina le avisó que se iban a meter a su casa, sin embargo, ésta ya era la segunda vez que lo intentaban: le robaron una pantalla y un tanque de gas que con mucho esfuerzo se había comprado.
“En serio no tuvo corazón, viendo todavía la situación (...) y la verdad a mí me duele, no tengo, con tanto trabajo compré mis cosas (...) No, no me pasó nada pero también duele que la gente sea así de cruel”, externó.
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Mariana Cervantes
@marcervantesp